La ciencia centra ya el esfuerzo investigador en la prevención
El estancamiento que sufre la ciencia en la búsqueda de remedios contra el alzhéimer ha llevado a que la investigación se centre en los últimos ... años en la manera de prevenirlo. 'Si no podemos curarlo, evitemos que se desate', se han dicho los científicos. Las cifras sobre el impacto de la enfermedad hablan de la necesidad de poner coto a su avance sea como sea.
Algunos de los más relevantes neurocientíficos mundiales se reunieron hace ocho años en Barcelona. Hablaban entonces de que los 44 millones de personas que vivían en el mundo occidental con la enfermedad en 2014 se convertirían en 2050 en unos 135. Aquellas cifras ya se han quedado pequeñas. El número de pacientes supera los 50 millones y la previsión para ese 2050 es que se rebase la barrera de los 152.
«Después de un siglo de investigaciones, no tenemos un solo tratamiento. Solo terapias sintomáticas con beneficios muy modestos», resumió en Barcelona la investigadora Teresa Gómez-Isla, referente internacional que trabaja en el hospital General de Masachussets (EEUU). «El 99,6% de los ensayos clínicos que se han realizado han fracasado», dijo sin paños calientes. Desde entonces, el esfuerzo de la comunidad científica y clínica de las neurociencias gira sobre todo en torno a la prevención.
Los científicos buscan biomarcadores que permitan medir el impacto del diagnóstico temprano en el control de la epidemia. Estudian grandes grupos de población y los factores genéticos que influyen en la aparición de la enfermedad. Analizan el impacto del estilo de vida y ven si interviniendo en factores como la dieta y el ejercicio se mejoran los resultados. Y se buscan fármacos. Todo es necesario.
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