Greenpeace acusa a la administración vasca de «mirar a otro lado» ante el aumento del nivel del mar por el cambio climático
La organización ecologista vuelve a criticar el proyecto del Guggenheim de Urdaibai y vaticina la desaparición de playas en 2050
Greenpeace ha presentado 'Destrucción a toda costa', un informe anual que comenzó a publicarse en 2000 y que revisa la situación de las costas ante ... el cambio climático y su efecto en el nivel del mar. Como todos los años, el diagnóstico no es nada esperanzador. En este caso, además, la asociación ha acusado a la administración vasca de «mirar para otro lado» ante el problema que puede suponer el avance de los océanos en las orillas. «Mientras los impactos climáticos nos muestran su crudeza, la administración vasca recupera modelos pasados que ya están obsoletos y pone al límite los ecosistemas costeros que nos protegen», aseguró Elvira Jiménez, coordinadora de campañas de Greenpeace.
El informe 'Destrucción a toda costa' es especialmente duro con la gestión de las instituciones vascas en las zonas costeras y se centra en dos aspectos principales: la ampliación del Guggenheim en Urdaibai y el aumento del turismo en las zonas de playa. Con respecto a la construcción de una segunda sede de la pinacoteca en Gernika, Greenpeace considera que es el proyecto «más negativo, no solo de Euskadi, sino de todo el Estado español». «Resulta especialmente grave que el Ministerio para la Transición Ecológica haya modificado la Ley de Costas mediante una orden ministerial que aprueba la reducción de la servidumbre de protección del dominio público marítimo terrestre en Murueta, para permitir que las instalaciones se construyan a 20 metros (y no a 100 como debería ser) de las marismas de Urdaibai», señalaron. Este proyecto ya ha sido denunciado este año ante la Audiencia Nacional por los ecologistas.
El trabajo del colectivo ecologista se centra también en la influencia que el turismo está teniendo en la población costera, en especial, ante el polo de atracción que suponen Bilbao y San Sebastián. Según los datos del informe, «la presión turística sobre la costa vasca ha experimentado un notable aumento, con un incremento en los últimos años que alcanzó cifras récord en 2024 con 4,7 millones de turistas».
En opinión de Greenpeace, el 60% de la población vasca vive en municipios costeros, lo que expone a miles de personas a los impactos que puede ejercer una subida de temperaturas motivada por el cambio climático. «Para 2050 se espera una subida del nivel del mar de 26 centímetros de media en un escenario de reducción moderada de emisiones, lo que significa que el agua se comerá aproximadamente 26 metros de arena», indican. Este avance supondría que las playas de Gaztepape, en Getaria, y la de Muriola, en Barrika, desaparecerían. El colectivo ecologista denuncia que, pese a este diagnóstico, se siguen promoviendo en Euskadi nuevas construcciones y normativas que facilitan urbanizar tramos libres del litoral, incluso en zonas de riesgo.
Con respecto al futuro, destacan el caso de Murueta –donde se ubicaría el nuevo Guggengeim– ya que el vaticinio de Greeenpeace es que el 26% de la superficie del municipio se encuentra en un área de riesgo. Con una menor proporción de territorio afectado por una hipotética crecida se encuentran Plentzia, Bermeo, Mundaka y el entorno de la ría de Urdaibai, Ea, Lekeitio y la desembocadura del río Lea, Ondarroa, Deba, Zumaia, Getaria, Orio e Irún.
Las propuestas de solución de Greenpeace pasan por apostar por las energía renovables, recuperar la costa, tener en cuenta los riesgos, poner coto a la turistificación y tener en cuenta a las comunidades locales.
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