El PNV relaja la presión sobre Moncloa y dice que no «mercadeará» con el 'caso Cerdán'
EH Bildu insiste en aprovechar la crisis para pedir al Ejecutivo que ponga en marcha un «programa político plurinacional»
Pedro Sánchez pudo respirar ayer igual de tranquilo -o intranquilo- en lo que respecta a sus socios vascos. PNV y Bildu le habían advertido de ... que ya «no vale» con agitar el miedo a la derecha para proseguir la legislatura como si nada, y ayer, en las reuniones que representantes de ambos grupos parlamentarios mantuvieron con el presidente del Gobierno en Moncloa, no le pidieron nada que no hubieran exigido ya. Transparencia, limpieza, ejemplaridad y medidas «valientes» para ir contra las constructoras que adulteran las licitaciones públicas con sobres directos al bolsillo de los políticos corruptos... En el caso del PNV, incluso, se apreció un intento por templar gaitas y levantar el pie del acelerador tras la presión que el martes había depositado Aitor Esteban sobre los hombros del jefe del Ejecutivo, al condicionar la legislatura a que se esclarezca por completo el 'caso Cerdán' y que se «intente» aprobar unos Presupuestos.
Ayer, en cambio, la portavoz jeltzale en el Congreso, Maribel Vaquero, quiso dejar claro que su partido no va a aprovechar la crisis desatada por los audios grabados por Koldo García y recogidos en el informe de la UCO para pedir «ningún plus más» ni «mercadear con estos hechos tan graves». Que, en definitiva, el PNV no pide «nada distinto al primer día», es decir, «integridad, ejemplaridad y transparencia» en la acción de gobierno y «que se cumpla el acuerdo de investidura».
El PNV busca así, por un lado, distanciarse de los socios que, como Junts o Bildu, sí han aprovechado el 'shock' en el Gobierno y el PSOE para subir el precio de su apoyo y abrir melones como el del reconocimiento de la «plurinacionalidad» del Estado, una exigencia que los portavoces de la coalición soberanista, la diputada Mertxe Aizpurua y el senador Gorka Elejabarrieta, trasladaron ayer en persona a Pedro Sánchez. Vaquero, en cambio, se esforzó en subrayar que no planteó ninguna reclamación «adicional» al presidente del Gobierno, al que vio «preocupado» por la posible evolución de la investigación sobre el triunvirato Koldo-Ábalos-Cerdán pero «tajante» a la hora de descartar que pueda destaparse un caso de financiación irregular del PSOE.
Por otro lado, el PNV da más tiempo así, de manera implícita, a Sánchez, al no estrechar aún más el cerco que empezó a señalar el martes el presidente del EBB, a la espera de que nuevas pruebas demuestren si el caso se limita a los secretarios de Organización o es «sistémico». La portavoz peneuvista en el Congreso también consideró «insuficientes» las explicaciones ofrecidas hasta ahora, insistió en que el PNV permanecerá «vigilante» ante el carácter «cambiante» de las informaciones que se van conociendo y consideró que Sánchez debería comparecer en el Congreso para dar explicaciones antes del 9 de julio, aunque reconoció que es «complicado» que lo haga por lo apretado de su agenda internacional. «Prudencia y humildad», resumió.
En realidad, Sabin Etxea cree que Moncloa está tratando de ganar tiempo a la desesperada, no solo para esperar a que se sustancien las causas judiciales que el PP tiene pendientes, sino también a la espera de las nuevas revelaciones que puedan salir en las miles de horas de grabaciones de las que se incautaron los agentes de la UCO en el 'caso Koldo'. Incluso, para calibrar si la mancha puede extenderse a otras fuerzas políticas, una manera de diluir el impacto del 'caso Cerdán' en el incierto futuro de la legislatura. De momento, la 'Ser' hizo público ayer, citando fuentes jurídicas, que la Guardia Civil tiene en su poder cuatro memorias externas con las grabaciones del exasesor en las que aparecen ministros y exministros del Gobierno, otros dirigentes socialistas y de partidos que apoyan a Sánchez, como el PNV, y del PP, en la oposición. La UCO estaría ahora escuchando todas esas cintas para analizar qué hay de incriminatorio en ellas. La posibilidad de algún movimiento por parte de los socios para forzar elecciones a medio plazo sigue planeando, pero 'sotto voce'.
Decisiones «valientes»
De momento, el PNV no quiso que los medios gráficos cubrieran la cita de Vaquero con Sánchez, la primera desde que la diputada guipuzcoana asumió la portavocía. «No es momento de fotos», argumentaron en Sabin Etxea, en línea similar a un Gabriel Rufián que se negó a protagonizar un «besamanos».
Bildu, en cambio, que ha sacado gran rédito político en Euskadi a su nueva imagen institucional y a sus estampas pisando moqueta, sí se retrató con Sánchez. Lo hicieron además dos de sus representantes, Aizpurua y Elejabarrieta, que aprovecharon para pedir decisiones «valientes» contra la corrupción para avanzar en regeneración democrática -con la vista puesta sobre todo en las empresas «corruptoras»- y para alumbrar un «nuevo programa político democrático, plurinacional y social que establezca un propósito claro junto a la mayoría de la investidura». «Ya no es políticamente suficiente con señalar que la alternativa a este Gobierno es peor», insistió Bildu en una nota, en línea con lo que ya manifestó Arnaldo Otegi el martes. Le tocaría a Sánchez mover ficha y poner sobre la mesa una reforma de la Constitución en clave territorial «que responda a las necesidades y anhelos del pueblo vasco, del resto de pueblos del Estado y de las mayorías trabajadoras y populares».
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