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Egea, durante la rueda de prensa en la que cargó contra Ayuso. ep

El centro vaciado

Análisis ·

Tras el descalabro sufrido por el Partido Popular, al nuevo líder le espera la tarea de reubicarlo en ese espacio del moderantismo centrado que siempre ha alardeado de ocupar

Domingo, 27 de febrero 2022, 00:30

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Llamaba Aristóteles «peripecia», en su 'Poética', a la circunstancia imprevista que, una vez descubierta en la «anagnórisis», lleva al héroe trágico a hacerse cargo de ... su situación y a afrontar el inexorable destino que los dioses le tenían asignado. En el caso de Edipo, por ejemplo, fue el enterarse de haber matado a quien resultó ser su padre y haberse acostado con quien más tarde sabría ser su propia madre la «peripecia» que lo arrojó a la tragedia que el oráculo de Delfos le había anunciado. «Peripecia» y «anagnórisis», aunque no son la tragedia, la desencadenan. En la crisis del Partido Popular, aquellas tres comparecencias públicas -la de Díaz Ayuso, la de García Egea y la radiofónica de Pablo Casado- fueron también la «peripecia» que sirvió para poner al descubierto la hasta entonces camuflada ineptitud de sus líderes y desencadenar la tragedia que estos días padece. Más relevante, pues, que hurgar en la «peripecia» de las comparecencias, cuyo contenido emplaza a los jueces, es asomarse al abismo de incompetencia política, rencillas personales y malas prácticas que aquella abrió y que constituye el trágico caos hoy expuesto a la vista de la militancia y de todo el que a él quiera asomarse.

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