Bildu pone a la Ertzaintza en el punto de mira al cuestionar que sea una «Policía democrática»
Le responsabiliza de los altercados en Vitoria y Azpeitia y le acusa de actuar con «lógicas autoritarias del pasado»
Lejos de recibir una condena política unánime, los altercados violentos registrados en los últimos días en distintos puntos de Euskadi han acabado por agrandar la ... brecha entre los partidos. Mientras el resto de formaciones exigen a EH Bildu que se sume a la repulsa a esos incidentes protagonizados por grupos de radicales, la principal fuerza de la oposición no sólo se desmarca de esa corriente mayoritaria sino que endosa la responsabilidad de los sucesos a la Ertzaintza hasta el punto de cuestionar que sea una «Policía democrática» y comparar sus actuaciones con «lógicas autoritarias del pasado», en alusión a la dictadura franquista.
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La coalición soberanista escala así su discurso tras la catarata de episodios que hace semanas se produjeron en lugares como Hernani y Ordizia, y que en los últimos días se han dado en Azpeitia y Vitoria. En la localidad guipuzcoana, radicales agredieron a policías municipales y ertzainas en un asalto a la comisaría local tras haber sido multado un joven por realizar una pintada. Y en la capital alavesa, se vivieron graves enfrentamientos por una acampada sin permiso en la que miembros de GKS, disidentes de la izquierda abertzale, denunciaban un «veto» a su txosna en las fiestas de La Blanca.
Estos dos últimos acontecimientos, según manifestó EH Bildu en un comunicado, «evidencian un modelo policial que, con demasiada frecuencia, se aleja de los principios democráticos que deberían guiar su labor: proporcionalidad, contención y prevención de daños mayores». A su modo de ver, lo de Azpeitia fue una «irrupción de la Ertzaintza en un recinto festivo abarrotado por una pintada realizada con bolígrafo, provocando graves altercados», mientras que lo de Vitoria fue «una carga con violencia contra una acampada no comunicada pero pacífica y con personas de todas las edades».
La formación de Arnaldo Otegi considera que ambas intervenciones del cuerpo autonómico son «del todo desproporcionadas y, por tanto, inaceptables». Las enmarcan, además, en un «problema estructural» al recordar otros episodios de los últimos tiempos como el desalojo del gaztetxe de Rekalde en el que un joven perdió un testículo por el impacto de un proyectil; la herida por otro disparo en las inmediaciones de Anoeta; o las lesiones en el ojo a un joven en carnavales de Tolosa. «Incluso el propio Gobierno vasco ha reconocido en ocasiones lo inaceptable de algunas actuaciones y, con ello, la existencia de dicho problema», señala el comunicado.
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Ante esta situación, la coalición abertzale llega a la conclusión de que la Ertzaintza se ha alejado de sus ideas fundacionales a principios de los 80. «La ciudadanía demandó una Policía democrática, civil y al servicio de la comunidad, y no una que reproduzca lógicas autoritarias del pasado», llega a decir en una evidente comparación de sus actuaciones con las de las autoridades franquistas. Es por eso que EH Bildu exige «una reflexión y una reforma en profundidad del modelo porque la sociedad vasca merece una Policía que respete los derechos, actúe con responsabilidad y resuelva los problemas y los conflictos sin agravarlos».
La formación de Otegi recupera de esta forma su dialéctica más combatiente en torno a la Ertzaintza en un momento de intenso pulso político y social con opciones rupturistas como la de GKS (protagonista de los incidentes en Vitoria), que se nutre precisamente de sectores radicales descontentos con el giro institucional de la izquierda abertzale. No es la primera vez que EH Bildu cuestiona el carácter «democrático» del cuerpo autonómico, pero en los últimos tiempos había tratado de situar el marco en una «reflexión» sobre el modelo policial contraponiendo su propia fórmula «de proximidad», con menor uso de armas en los ayuntamientos en los que gobierna.
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El PNV ve «cultura antipolicial»
Este pronunciamiento pone de manifiesto que la coalición soberanista no tiene intención de ceder a la presión del resto de partidos, contundentes en su condena. El consejero de Seguridad, Bingen Zupiria, había apuntado la víspera a «movimientos» que deslegitiman a la Ertzaintza, a la que definió como una «Policía democrática», y afeó la actitud de la alcaldesa de Azpeitia, Nagore Alkorta (EH Bildu), quien criticó el «desproporcionado» operativo del cuerpo autonómico, que acudió en socorro de los policías municipales que están bajo el mando de la propia regidora.
El PNV volvió a señalar de forma velada a la coalición soberanista. El portavoz en el Parlamento vasco, Joseba Díez Antxustegi, advirtió de que detrás de los incidentes hay «un odio a la Ertzaintza y una cultura profundamente antipolicial que está muy inoculada en determinadas corrientes políticas». El dirigente jeltzale reivindicó el papel de una Policía autonómica a la que definió como «moderna, integral y de servicio público».
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