Una dosis de autocrítica y una batería de medidas sociales, muchas ya anunciadas

En todo caso, también dejó un espacio para la autocrítica: «Sé bien, y lo admito, que como Gobierno no lo hemos hecho todo bien, ni mucho menos. Aunque lo hemos intentado, no hemos acertado en todo». De hecho, quiso ser más concreto y puso dos ejemplos en los que observa margen de mejora: el primero, en la desburocratización, una de sus grandes banderas, donde reconoce que los trámites administrativos «ahogan»; y el segundo, en la reducción de las desigualdades, donde subrayó «avances» pero no tantos como los esperados: «Un país no será justo si hay brechas entre los ciudadanos».

El discurso del lehendakari tuvo un fuerte componente social en el que habló reiteradamente del «bienestar» de los ciudadanos. «Debemos atender de forma específica nuestro bienestar o, mejor dicho, nuestro malestar emocional. Somos personas, somos vulnerables y no queremos esconder lo que somos», afirmó Pradales, convencido de que si queremos «sentirnos bien, debemos cuidar y cultivar lo emocional».

Precisamente en este campo, empleó la tribuna para dibujar las líneas maestras de su estrategia con varios proyectos llamados a ser vitales, pero que en su gran mayoría ya estaban anunciados, bien por él o por los diferentes consejeros.

Entre esas medidas está dotar a Osakidetza de «un enfoque distinto que incluya tratamientos psicológicos ya en Atención Primaria para los casos más leves». Con esta propuesta se pretende que los servicios especializados en salud mental puedan centrarse en aquellos casos «más complejos». Se trata de una propuesta que estaba incluida en el diagnóstico final sobre Osakidetza aprobado en octubre del año pasado por los integrantes del Pacto de Salud.

Algo similar sucede con la OPE de 4.245 plazas para el Servicio Vasco de Salud que, como reconoció el propio Pradales, también fue acordada en la mesa sectorial. Eso fue en enero de este mismo año. Igualmente, la ampliación del 'cheque bebé' de 200 euros hasta los 4 años fue anunciado en marzo.

El jefe del Ejecutivo autonómico también quiso poner el foco específicamente en el «bienestar emocional» de los adolescentes. En este sentido, anunció un programa piloto dirigido a chavales de entre 15 y 18 años que se desarrollará en Vitoria, Ayala, Etxebarri e Irún para «facilitar espacios seguros de comunicación y expresión donde podrán transmitir sus dudas y preocupaciones».