Alfonso Alonso se la juega
Si Alfonso Alonso defiende que el PP vasco mantenga su propia línea política, dando una imagen de independencia en relación a la dirección de su ... partido en la sede de Genova, habrá que reconocer que el 'torpedo' de Cayetana Álvarez de Toledo le ha hecho un favor. Por mucho que las críticas de la portavoz parlamentaria popular hayan indignado a la mayoría de la militancia vasca, le viene a dar la razón. El plan del dirigente vasco para marcar una línea de defensa de la foralidad, desde la Constitución, no tiene nada que ver con las directrices más duras con el nacionalismo, marcadas por el PP nacional. Por lo tanto, ese 'fuego amigo' procedente de la voz que susurra al oído de Pablo Casado viene a demostrar la independencia que reclama Alfonso Alonso desde Vitoria. Pero habrá que ver qué consecuencias tiene, en la Convención popular vasca, esta escenificación de diferencias.
Esa mayor querencia por el 'acento regional', que suele exhibir tanto Alfonso Alonso en el País Vasco como Nuñez Feijóo en Galicia, ha cosechado no pocas tensiones con el equipo de Casado. Pero las circunstancias entre ambos dirigentes autonómicos poco tienen que ver. Feijóo ejerce el poder autonómico mientras que a Alfonso Alonso le echan en cara el fracaso en las últimas elecciones generales en donde el PP vasco se quedó sin representación en el Congreso. Y en las locales perdió concejales y junteros. Ya se sabe que en política, mientras se gane elecciones, nadie cuestiona liderazgos.
Por eso Alfonso Alonso está en una encrucijada. Ha perdido representación electoral pero es consciente de que las campañas que hizo Pablo Casado exhibiendo músculo para competir en radicalidad con Vox le perjudicaron. Le dejaron sin discurso en medio de un terreno plagado de acusaciones de «centralista». Por eso quiere recuperar posiciones para las próximas elecciones vascas.
Y desde Madrid le llegan todos los dardos. El PP vasco tendría que luchar contra el adoctrinamiento nacionalista, la obligatoriedad del euskera, el uso partidista de la televisión pública y la exaltación de los hechos diferenciales. Eso dicen. Pero hay algunas de estas causas que ya se dan por perdidas.
¿Defender la foralidad desde una óptica liberal les acerca más al PNV hasta el punto de difuminarse en el paisaje? Esa es la cuestión. ¿Ayudar a Urkullu en sus Presupuestos es hacer oposición al nacionalismo? El PP vasco ha sufrido, como el PSE, los azotes del terrorismo y ahora, la demonización del nacionalismo. Quizás es eso lo que quiere Alfonso Alonso que vea Cayetana Álvarez de Toledo sobre el terreno. Para que comprenda que, en Euskadi, el proyecto 'España suma', en vez de concentrar esfuerzos, ahuyentaría a futuros seguidores. Alfonso Alonso se ha mostrado más frío que Feijóo en relación a este proyecto quizás por la presión que siente ante la proximidad vecinal de Navarra en donde fue posible, con éxito electoral, la fórmula del centro derecha unido. Tampoco le entusiasma (ni a él ni a la dirección vasca en general) la invitación a incorporaciones de políticas como Rosa Díez precisamente porque la historia le recuerda los múltiples desencuentros que mantuvieron con la ex dirigente socialista y ex UPyD.
El PP vasco tiene los mismos escaños que los socialistas en el Parlamento vasco. Pero saben que van a la baja. Sin cotas de poder ni efecto 'arrastre' del Gobierno de España. Si el PNV se beneficia de votos de gente que no se identifica con postulados independentistas, el PP vasco tendrá que preguntarse por qué. Y encontrar remedio, claro.
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