Puigdemont se pone otra medalla: 'Es la inmigración, estúpido'
La nueva cesión del Gobierno de Pedro Sánchez a Junts da poder a la Generalitat para gestionar, entre otros asuntos, la expulsión de extranjeros ilegales
Ocurrió en 1992 y James Carville sabía que una de las pocas oportunidades para que Bill Clinton derrotase a George Bush padre pasaba por lanzar ... mensajes concretos, rotundos, que interesasen a la gente, que les afectasen en su día a día. Ahí nació el exitoso 'It's the economy, stupid'. Y aquel 'es la economía, estúpido' llevó a Clinton a la Casa Blanca. Desde entonces, han sido muchas las mutaciones que ha sufrido un lema que se ha convertido en 'leitmotiv' de todo gurú de la política. Traído a este 4 marzo de 2025 y hablando de Cataluña, Carles Puigdemont tiene muy claras cuáles son sus prioridades: 'Es la inmigración, estúpido'.
La penúltima cesión de Pedro Sánchez a Junts para seguir en La Moncloa al menos hasta mediados de 2027, ha sido el traspaso de parte de las competencias migratorias hasta ahora en manos del Estado para que el Govern de la Generalitat pueda gestionar, entre otras medidas, la expulsión de extranjeros ilegales o el control de las fronteras en colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Controlar quién entra y quién sale. Mano dura. Orden. Las nuevas señas de un mundo dominado con mano de hierro por Donald Trump y de una Europa donde la socialdemocracia sólo se mantiene en el poder en tres de los 27 gobiernos de la UE: Malta, Dinamarca y España.
Junts, con muchos matices, ha decidido volver a hacer política en el Congreso de los Diputados sabedor de la enorme fuerza que le confieren sus siete diputados. La gobernabilidad de España depende de ellos. Si se inclinan a la derecha, salen las propuestas del PP. Si lo hacen a la izquierda, se aprueban las del PSOE. Ellos deciden qué se hace, qué se aprueba y lo tienen muy claro: guerra a la inmigración ilegal y defensa acérrima de la empresa y los empresarios. Para muestra, su rechazo rotundo al gravamen a las energéticas y a diferentes impuestos que pretendía impulsar el Gobierno. Vamos, como ha hecho la extinta Convergencia toda la vida.
Los de Carles Puigdemont han decidido hacer política sin complejos al comprobar que Aliança Catalana, el partido de extrema derecha independentista, ha comenzado a hacerles bastante daño por sus mensajes contundentes sobre la inmigración ilegal, la delincuencia o la okupación. Junts quiere ser el 'partido de orden' de los catalanes, de ahí su obsesión por arrancar a Pedro Sánchez una competencia migratoria. Es el gran sueño del independentismo: decidir quién entra, quién sale y qué lengua hablan.
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