Una ruta urbana para caminar entre campos
En Mallabia, municipio origen y final, abundan las casas con escudos y espera la iglesia de la Asunción, con su altar barroco
Recuerda que las rutas del colesterol promovidas por el Servicio de Deportes de la Diputación Foral de Bizkaia son el resultado de un análisis de estos recorridos en los municipios de menos de 10.000 habitantes. Suman más de 150 itinerarios que los vecinos han adoptado espontáneamente por el gusto de andar, de moverse y evitar el sedentarismo.
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Distancia 6 km.
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Lo más destacado El paisaje verde
Hoy nos acercamos a la denominada DUR1, entre Mallabia y Ermua, una posibilidad de dificultad alta. Lineal, cubre exactamente 6,02 kilómetros (más precisión imposible), sumando ida y vuelta. Mallabia respira tranquilidad, con ese toque rural que la distingue. Lo hace enclavada en las faldas del monte Oiz que con sus 1.026 metros da sombra.
El núcleo urbano, del que partimos, se encuentra rodeado de verdes prados, de vegetación y de aire puro. Discurre junto a la carretera BI-3302, en descenso constante, cruzando además el polígono industrial de Urtia. El tramo del principio no cuenta con segregación para la circulación peatonal, así que toca caminar atentos; el del final se supera por aceras del casco urbano de Ermua, lo que garantiza una mayor seguridad.
La ruta parte desde una cota superior a los 250 metros. El descenso hacia Ermua alterna zonas despejadas y sombrías. ¡Aviso! Algunas personas usuarias regresan hasta Mallabia siguiendo el llamado circuito de Hambre y Goitondo, para que lo sepas por si viene bien el dato. Y durante buena parte del tramo propuesto hay bancos y fuentes.
Cuando acabes, puedes dedicar el tiempo extra a conocer la iglesia de la Asunción, que se remonta al siglo XI y presume de altar barroco. Los edificios blasonados y el palacio de Amezaga, el caserío de Urizar y las casas de Mallea y de Zengotita-Bengoa. Son muchos los que acuden al municipio para escalar en sus cercanías, hacer mountain bike, espeleología o senderismo.
Si buscas vistas, ve al barrio de Zengotita para contemplar el pueblo rodeado de sus valles. Cuando apetezca sumar montaña, de allí mismo sale un sendero hasta la cumbre del monte bocinero de Oiz, desde donde convocaban a Juntas Generales.
