Martes, 13 de diciembre 2022, 11:59
España está repleta de pueblos aislados, anclados en espacios bellísimos y que merece la pena visitar. Lonely Planet ha reunido en un ranking algunos de ellos. El primero en la lista es San Martín de Trevejo (Cáceres) -en la imagen-.
El centro histórico de Mirambel es uno de los conjuntos arquitectónicos más importantes de Aragón. En 1980 todo el casco urbano de declaró BIC por ser «villa cargada de historia, conservando en su totalidad el recinto amurallado y las notables construcciones, sin alterar la imagen y el ambiente Medieval». Recibió en 1981 la Medalla de Oro de Europa Nostra por las tareas de restauración, que entregó personalmente la reina Sofía de Grecia, a la que se le concedió el título de 'hija adoptiva de Mirambel'.
Setenil de las Bodegas (Cádiz) | Setenil se esconde en el paisaje, pero no en forma de cuevas, como en otros muchos pueblos andaluces, sino que las casas se agazapan bajo el saliente de una roca gigantesca, como si estuviesen sujetándola, apuntalándola.
Atravesar sus calles da la sensación de que en cualquier momento pueda haber un desprendimiento. Esta original morfología del terreno confiere a Setenil de las Bodegas una personalidad única y diferente al resto de los llamados Pueblos Blancos de la sierra de Cádiz.
Torla (Huesca) | No resulta fácil llegar hasta esta localidad oscense de alta montaña, sobre todo en invierno por las adversas condiciones metereológicas.
Piornedo (Lugo) | Piornedo es una aldea de arquitectura curiosa que se alza en la Sierra de los Ancares, a 1.100 metros de altura. Debido a las características de su ubicación, posee unas vistas increíbles del entorno natural que les rodea y, por ende, dispone de varias rutas de senderismo.
En las pallozas vivían los habitantes de Piornedo hasta 1970. Son estructuras circulares de piedra, con un techo en forma de cono hecho de paja de centeno, que fueron declaradas Bien de Interés Cultural.
Somaén (Soria) | Tal vez, Soamén no sea el pueblo más recóndito de Soria, pero sí es uno de los más pintorescos. Está relativamente cerca de Arcos de Jalón, en una zona de roquedales arcillosos que podría considerarse un mini cañón del Colorado.
Forma una especie de anfiteatro de casas rojizas a los pies de un castillo del siglo XI, hoy reconvertido en un hotel con encanto. El pueblo está repleto de estrechas calles y cuestas empinadas.
Majaelrayo (Guadalajara) | Majaelrayo está a los pies del Pico Ocejón, en la sierra de Ayllón, y, como el resto de los pueblos de la comarca, es un conjunto de casas rurales dominadas por la pizarra.
Iglesias, casas solariegas, ermitas y hórreos van salpicando los prados de este valle creando un paisaje que de puro bonito parece irreal.
Bandujo (Asturias) | Con apenas 40 habitantes, esta pequeña aldea del concejo asturiano de Proaza pasa por ser uno de los pueblos más bonitos del Principado y probablemente de toda la península. Hasta hace muy poco no existía una carretera que llegara hasta él.
Patones de Arriba (Madrid) | Este pequeño pueblo de la provincia de Madrid se encuentra a unos 70 kilómetros al norte de la capital.
Su aspecto muy cuidado y casas bien reconstruidas de piedra, pizarra, teja árabe, madera y adobe, lo han convertido en un reclamo turístico.
Masca (Tenerife) | Masca es una aldea encaramada en lo alto de un risco del parque natural del Teno, rodeado de montañas y que sirve de puerta de entrada al barranco de Masca. Por su situación y la belleza del entorno se le ha hermanado con Machu Picchu.
Esta localidad canaria se asienta sobre el mismísimo borde de una cresta. La carretera de subida al pueblo, que traza algunas curvas espeluznantes, es una de las grandes experiencias de conducción en Tenerife. Masca está en el punto más remoto de la isla, la punta que sobresale hacia el Atlántico en el noroeste.
Os de Civís (Lleida) | Ubicado en la provincia de Lleida, en la vertiente sur de los Pirineos, Os de Civís es uno de los pueblos más bonitos de la zona y tiene la particularidad de que solo se accede a él por una carretera que parte de Andorra, más exactamente desde Sant Julià de Lloria, a través del Coll de Conflent, a 2.150 metros de altitud.
Está considerado como uno de los pueblos más aislados de la península, y a punto estuvo de desaparecer al carecer históricamente de accesos, electricidad y teléfono. Debido a su situación geográfica y a la magnífica preservación de sus casas, Os de Civís ha acabado convirtiéndose en un destino turístico.
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