Hayedos y cascadas en el Valle de Mena

Andando

• Distancia 14 km aprox.

• Desnivel 550 metros

• Altitud máxima (Hayas Altas) 891 metros

Se trata de un sendero encantador que muy poco después recompensa con un primer premio, las cascadas del río Hijuela o de Irús. Seguimos a través del camino real de las Enderrozas, que se utilizaba para llevar mercancías hasta los puertos cantábricos y que todavía sigue bien conservado, hasta cruzar el pueblo de Arceo. Aquí empieza el desnivel. Se asciende hasta el camino del Sarón, aunque el bosque se abre de vez en cuando para dejar paso a preciosas panorámicas. El sendero parece salido de un cuento: está repleto de robles, hayas y acebos y las hojas convierten el camino en una mullida alfombra otoñal que puede esconder algún socavón. Ya a una altitud de unos 750 metros podemos tomar un desvío hacia la izquierda y bajar una pequeña pendiente para admirar las cascadas de Aguasal, aunque tampoco hay que perderse contemplar la caída del agua desde el propio sendero, brotando del monte a gran altura. La pendiente nos lleva hasta un cruce de caminos que ofrece una bonita panorámica. Desde aquí se puede ascender hasta el Alto del Cabrio o al humilde pico de Hayas Altas (891 metros, sin buzón) para disfrutar del haimaketako.

El regreso transcurre por un camino despejado con espectaculares vistas a la sierra hasta alcanzar de nuevo Irús. Después, ya de camino a casa, hay que hacer una parada obligatoria en el santuario de Cantonad. Y si aún quedan fuerzas, se puede visitar el nacimiento del Cadagua en el pueblo del mismo nombre.