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Equipamiento destinado a controlar el nivel del embalse.
Romanos y románico junto al embalse de Nagore (Navarra)

Romanos y románico junto al embalse de Nagore (Navarra)

Un sendero que transita sobre una antigua vía romana rodea este tramo del pantano de Itoitz, entre foces, templos medievales y sosiego

Viernes, 14 de enero 2022, 07:48

Queda a unos 40 kilómetros de Pamplona, por eso los vecinos de la capital navarra conocen bien esta zona. El embalse de Nagore, capital del Valle de Arce-Artzibar, ofrece a los caminantes un bonito paseo que, aunque no se encuentra balizado, bordea el agua, por lo que es imposible perderse. Durante el recorrido existen paneles informativos y, además, tres de sus kilómetros coinciden con una calzada romana señalizada en blanco y morado. Propone una ruta circular sencilla de 6,11 kilómetros, perfecta para ir con niños, que arranca en la iglesia de Santa María de Arce, desde el panel con datos situado en la zona de aparcamiento.

El área anegada, una sección del embalse de Itoitz, y las vistas del entorno y la foz de Txintxurrenea, parcialmente sumergida, suponen una garantía para desconectar del trajín urbano. De hecho, si te apetece conocer el desfiladero, también conocido como Potxe de Nagore y socavado en las paredes calizas por el río Urrobi a lo largo de algo más de un kilómetro, existe otra ruta sencilla que parte del alto de Argingoa, encima del túnel de Nagore. En este caso, deberás seguir una pista y cómodos senderos por los acceder a las peñas del Potxe, con un cielo plagado de buitres leonados. Desde Aoiz obedece la carretera a Burguete y, poco después de pasar el túnel, toma la pista de la izquierda que lleva hasta el alto.

Una iglesia rústica

La iglesia románica rural de Santa María de Arce, de la que parte el sendero, aguarda en un paraje solitario esculpido por el Urrobi, con la sierra de Labia como vigía. Construida en el siglo XII, se dedicó a la Purísima Concepción. Catalogada como bien de Interés Cultural, destaca su rusticidad, armoniosas proporciones y compacta arquitectura, así como un precioso ábside semicircular. Fíjate en las ménsulas exteriores adornadas con figuras humanas que tañen el arpa, portan un barril o abren la boca. En los canecillos decorados con cabezas de animal y el arco de volutas vegetales.

Tras pasar junto al templo, gira a la izquierda. El camino se funde con la calzada romana de Artzibar-Arce, que recorre parte de la vía usada en tiempos del imperio para conectar Caesaraugusta, la actual Zaragoza, a través de Sangüesa y el curso del río Irati hasta Ekai, para pasar a la cuenca del Urrobi ascendiendo por Artzibar hasta Orreaga-Roncesvalles y bajar por Luzaide-Valcarlos en dirección Burdeos. Construida aproximadamente en el siglo I a. C., medía entre 6 y 8 metros de ancho y contaba con desniveles no superiores al 6% para favorecer la circulación de tropas, correos y carros con mercancías pesadas.

Seis miliarios

Tras su abandono, se mantuvo como camino de herradura hasta la llegada de nuevas carreteras a finales del XIX y principios del XX. Allí se han descubierto seis miliarios, hitos de piedra colocados al borde de cada 'milla passum' (1.481 metros), donde grababan o pintaban información referente al emperador que ordenó construir o reparar la vía o la distancia pendiente hasta la próxima 'mansio' o 'civitas'.

La senda discurre también junto al palacio medieval de Arce, en ruinas. Tras un tramo por un sendero paralelo a la carretera llegas al pueblo, cuya parte baja quedó inundada por el embalse de Itoitz. La localidad mantiene algunas casas de antaño y portadas antiguas recuperadas en otros edificios. Sigue el ancho camino a orillas del agua y la vía romana para cruzar la presa. El tramo final discurre por pista asfaltada hasta el punto de inicio.

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