Visitas guiadas para emular la jura del lehendakari Agirre o tocar el cuerno bocinero

Emprendemos viaje por la tradición, visita guiada sobre las raíces de Euskadi. A Gernika. Con paseo por lugares y experiencias, teoría y práctica. ¿Te gustaría imitar la jura del lehendakari Agirre en octubre del 1936, durante la guerra civil? Podrás hacerlo en el exterior de la Casa de Juntas. «Ofrecemos pergaminos y pedimos voluntarios para leer la fórmula utilizada por José Antonio Agirre en su toma de posesión, de manera que dos personas, hombre y mujer, se convierten en lehendakaris por un rato», explican desde la Oficina de Turismo, organizadora de la cita.

Suma a ello conocer la costumbre de los montes bocineros del Señorío de Bizkaia, aquello de tocar el cuerno de montaña a montaña para llamar a Juntas. «Invitamos a los participantes a usarlo como se hacía en la Edad Media desde el Oiz, el Ganekogorta, el Kolitza, el Sollube y el Gorbea. Normalmente la gente no acierta porque es difícil, y acaba siendo una actividad divertida», añaden.

La excursión, para grupos de al menos diez personas, acercará también a la iglesia de Santa María, que sobrevivió al bombardeo. «Ha visto cómo se ha desarrollado Gernika a lo largo de casi 600 años, sufrido las disputas con Lumo. Ha sido testigo de cómo destruían el municipio y de su reconstrucción», aseguran. Entre sus muros escucharás anécdotas, como la que menciona otra bomba más letal, la 'Fat Boy' atómica estadounidense, que arrasó Nagasaki al final de la Segunda Guerra Mundial. «Uno de los edificios afectados fue la catedral de Urakami. Sin embargo, entre devastación y fuego, la cabeza de madera de la Virgen María logró resistir, convirtiéndose en símbolo de esperanza», narrará la guía.

Los japoneses católicos interpretaron el fenómeno como un milagro, porque la onda expansiva pulverizó las vidrieras y los muros del templo, carbonizó el altar y fundió la campana, pero el rostro de la madre de Jesús sobrevivió. Con los ojos quemados y las cuencas negras, la mejilla ennegrecida y una fisura que lo atraviesa igual que una cicatriz, tal vez para advertir a la humanidad sobre los desastres de una nueva contienda.

«En Gernika, otra ciudad marcada por el horror, la iglesia de Santa María sufrió daños durante el bombardeo. La capilla de la Inmaculada Concepción fue destruida, quedó solo la cabeza de la Virgen María del retablo bajo los escombros. Se exhibe ahora en la iglesia, junto con una réplica de la Virgen de Nagasaki. Este vínculo entre dos ciudades que experimentaron masacres espantosas une la historia de ambas y sus heridas», continuará en su relato la cicerone.

Accederás también al refugio antiaéreo del Pasealekua, donde aún parece sentirse el miedo de quienes allí se escondieron. En el más grande de sus dos túneles tiene lugar una simulación del bombardeo de unos 3 o 4 minutos para 'experimentar' la angustia de quienes sufrían las bombas lanzadas desde los aviones de la Legión Cóndor alemana y la Aviación Legionaria italiana, que combatieron en favor del bando sublevado contra el gobierno de la Segunda República.

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