Paseo junto a los viejos molinos de Zeanuri
Un paseo familiar para visitar la red de equipamientos destinados a la molienda movidos por la fuerza de los arroyos que han sobrevivido al progreso
Marcharán con ganas, dos años han aplazado la tradicional cita que conecta nueve molinos de Zeanuri, todos hidráulicos. El domingo 8 de mayo las ... botas de monte retoman la costumbre bajo la mirada del Gorbea. La historia revela que, a finales del XIX, existían un total de 18, más 6 ferrerías, hasta que la crisis de estas conllevó su desaparición en la segunda mitad del XIX… y su metamorfosis. Muchos vecinos regresaron a la actividad agrícola. Donde antes se moldeaba hierro se pasó a moler cereal. Como ejemplo de la transformación: Lanbreabe, Ibargutxi, Altziber y Olabarri. Pero, tras este sálvese quien pueda, la agonía continuó a mediados del siglo XX, con marcha funeraria final de solo tres molinos en marcha en 1979, dos de ellos para autoconsumo.
Las cifras siguen: cuatro cursos de agua acogieron estos edificios. El río Arratia, donde aparecían Lanbreabe, Ibargutxi, Alkiber, Errotabarri, Altziber y Olabarri, y tres arroyos, el de Beretxikorta con Goikoerrota, Erdikoerrota, Barrengoerrota y Undurraga; el de Uribe, gracias al que trabajaban Atxiti, Intxaurbe, Axpe y Zulaibar; y el de Asterria con Ibarre, Landaburu, Akauri y Uribiarte. Pero concretemos los datos de la excursión: inscripción a las 8.30 horas, salida a las 9.00 desde la plaza del ayuntamiento. Precio, 6 euros, menores de 14 años gratis. Recorrido, 18 kilómetros, con posibilidad de completar uno más corto de 12. Y avituallamiento a mitad de la marcha.
¡Importante! Los participantes que lo deseen podrán visitar tres molinos. El de Errotabarri (1785), en el primer kilómetro, dentro de la cofradía de Otzerinmendi. Rehabilitado, conserva 3 piedras, la maquinaria y útiles en buen estado. «A diferencia del resto, su presa y su antepara están comunicadas por una compuerta y no por un calce (ramal construido para llevar el agua)», explican desde la asociación Joko Alai, organizadora del evento. Tiene un calce que arranca en la estolda (el desagüe) y se prolonga unos 80 metros paralelo al río hasta compensar el desnivel de la vía madre. Su actividad cesó en abril de 1975.
El de Ibargutxi, a mitad de camino, en la Cofradía de Ipiñaburu. «Fue ferrería y funcionó con tres piedras, aunque ahora tiene dos que aún muelen trigo o maíz para consumo doméstico. La tercera dejó de trabajar en 1950», agregan. Antes, en 1945, habían instalado turbina y generador para producir energía eléctrica y, hasta 1978, vendía electricidad a algunos caseríos.
El de Olabarri, en el último kilómetro, dentro de la cofradía de Ibarguen, antes ferrería, según documentación del XVI. «Con 3 piedras y que continúa surtiendo harina a los clientes de siempre. Originariamente tanto la ferrería como el molino de Olabarri formaban parte del mayorazgo de la familia Arriola, 'patrona' de Zeanuri», especifican. Al principio los caminantes pasarán junto al de Alzibar. Tras dejar atrás el embalse, aparece el de Barrengoerrota, al borde del arroyo Beretxikorta. Subirán hacia el caserío Agarre para descender a la barriada de Undurraga y dirigirse a Ibargutxi.
Después al de Lanbreabe y vuelta al embalse de Undurraga para bordearlo por la margen opuesta. Avituallamiento frente a la presa y continuación hacia la barriada de Otzerinmendi. En la de Uribe esperan los molinos de Intxaurbe, Axpe y Zulaibar, para acabar con Olabarri. Resumen final de la excursión: deporte cumplido y acumulación de saberes sobre el patrimonio local «mientras se goza de la sinfonía de color que, por primavera, ofrece la naturaleza», animan. Por cierto, nombre de la cita, que aún no lo hemos dado: XV Marcha de los Molinos de Zeanuri.
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