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La iglesia de los jesuitas de Bilbao. El Correo

Baltasar Gracián, más que vademécum para ejecutivos

Por la obra del aragonés del XVII desfilan tunantes parecidos a los de ahora en aparentar lo que no son y meter la mano en caja ajena

Julio Aguilar Ruiz

Doctor en Geografía e Historia por la UPV/ EHU

Lunes, 25 de agosto 2025, 00:02

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Estoy imaginando, in situ achicharrado en agosto, la entrada de Baltasar Gracián (1601-1658) en la villa ribagorzana de Graus por la Puerta de Barbastro ... un gélido enero del último año de su vida, cuyo postrer mes registró su muerte en Tarazona. Desterrado por sus superiores jesuitas al colegio más apartado de la Compañía en Aragón. A pan y agua. Y, al parecer, vigilado de sus otros nutrientes: pluma, tinta, papel, libros.

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