Gorrilla Trump
A la última ·
Todo en la Administración Trump tiene un aire de fiesta infantil, como de merienda y piscina de bolas, y eso dificulta mucho el análisis políticoLanzar bombas sobre un país y luego salir a dar explicaciones con la gorrilla roja puesta no es serio. Todo en la administración Trump tiene ... un aire de fiesta infantil, como de merienda y piscina de bolas, y eso dificulta mucho el análisis político. El día de la agresión militar a Irán se me ocurrió poner la CNN y era un sufrimiento escuchar a tantos profesores de Relaciones Internacionales tratando de aportar esforzadamente las claves geoestratégicas de la guerra. Fue como ver a Xabi Alonso comentando con total seriedad y gran agudeza táctica los derbis que juegan en el recreo los alumnos de quinto A contra los de quinto B.
La comparación con el fútbol es pertinente. Recordemos que Trump abordó con su habitual profundidad el conflicto con Irán el día en que recibió en el despacho oval a la plantilla y los directivos de la Juventus. El tío Donald comenzó a diseccionar la situación en Oriente Medio ante la mirada impávida de siete u ocho futbolistas con cara de empate a cero. Si llega a saber Trump que entre ellos estaba Dusan Vlahovic, delantero serbio que suelta buenos cañonazos, hubiera sacado unos mapas para consultarle allí mismo el plan de ataque.
Al presidente hay que agradecerle, en cualquier caso, la simplificación del lenguaje administrativo. Sus tuits demuestran que uno puede cargarse el orden mundial manejando adjetivos de Segundo de la ESO y con un uso compulsivo de las mayúsculas reafirmantes. El ataque fue «espectacular», con «una carga completa de BOMBAS», escribió. No me extrañaría que los documentos 'top secret' del Pentágono, que tantas películas de espías han protagonizado, incluyan ahora dibujos para colorear.
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