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Un botón de alarma. AFP

De falsas alarmas

Vivimos tiempos en los que la pretensión apocalíptica se convierte en una adicción

Martes, 7 de octubre 2025, 00:10

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Escribe Camila Cañeque en su brillante ensayo 'La última frase' que una biografía no puede valorarse en su conjunto hasta que la persona biografiada no ... muere. Recoge con ello la vieja idea del ateniense Solón, expuesta por Heródoto en su Historia, cuando a la pregunta del opulento tirano de Lidia, Creso, sobre lo que opinaba de su fortuna en la vida, le respondió que habría que esperar hasta el final de su existencia. No es baladí anotar que no mucho tiempo después Creso se vio depuesto, apresado y esclavizado por el persa Ciro, lo que le hizo, cómo no, acordarse de la réplica del sabio de Atenas. Tampoco los libros, sugiere en el suyo Cañeque, terminan de ser hasta que aquel o aquella que los escribe decide qué palabras lindan con el punto final.

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