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Respetar la vez

Esa llamada que no se hace causa que nadie aproveche una cita médica perdida

Domingo, 12 de octubre 2025, 00:11

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De niño, solía ir con mi abuela Mari al Mercado de La Ribera de Bilbao, al que entonces se le llamaba simplemente la Plaza por ... recuerdo de los tiempos en que no había edificio y la venta se hacía en la plaza, en mesas corridas al aire libre. En los puestos de la Plaza en que se formaba una pequeña concentración de clientes a la espera de que los atendieran, se practicaba el uso de preguntar quién era el último y pasabas a serlo tú, el recién llegado (todavía se hace en algunos). Y también el de la vez. Si te ibas a hacer otra compra en otro puesto mientras quedaban algunas personas por delante de ti, pedías al que iba detrás que te guardara la vez, que volvías enseguida. O si te ibas, cansado de esperar más de lo que habías supuesto, cedías tu vez. Era una sencilla regla de conveniente cumplimiento, ya que no se perdonaba cuando alguien intentaba colarse si regresaba cuando ya había perdido la vez. Recuerdo estupendas y enconadas broncas por esta razón que sin duda ayudaron a formar mi sentido del humor con querencia por el esperpento.

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