Alivio
Análisis ·
La retirada llega tarde y esa demora ha causado perplejidad, pero ha llegado a tiempo de apaciguar la juntaLa sorpresiva y, para mí, sorprendente por inesperada, decisión adoptada ayer por la tarde por Francisco González de retirarse de sus cargos de presidente ... honorífico del BBVA y de su Fundación, supone un alivio enorme para la actual cúpula del banco y resta presión a una junta general que se celebra hoy y que se presentaba dura. Lo seguirá siendo, en buena medida, dado que esta decisión no cambia para nada lo sucedido, pero muchas de las intervenciones preparadas para hoy incluían, seguro, la petición de apartarle de sus cargos en base a la aplicación del código de conducta del propio banco. Y eso ya ha sucedido por voluntad propia. Llega tarde y esa demora ha causado la perplejidad de muchos y el escándalo de otros tantos, pero ha llegado a tiempo de apaciguar la junta.
Ante el espeso silencio de la CNMV, había quien apostaba ayer por que la principal fuente de presión llegaba desde el Banco Central Europeo, pero en el banco se negaba tal supuesto. De todas formas, y sea como sea, la presión ambiental ha sido lo suficientemente fuerte para hacerle comprender que su enroque, silencioso pero numantino, causaba un daño terrible al banco y un desgaste innecesario y contraproducente a su nueva cúpula directiva. El presidente anterior no se merecía los cargos de los que dimitió ayer. No es un juicio severo. Basta con observar la evolución del valor y la rentabilidad de la acción para justificarlo. Mientras que la comparación con sus emolumentos de toda índole muestra una curva absolutamente divergente. El sector bancario ha sufrido mucho en estos años en todo el mundo, pero los sacrificios no han estado repartidos de manera homogénea. Además, nadie ocupó antes semejante posición, ni siquiera el recordado José Ángel Sanchez Asiain, que tan solo obtuvo la presidencia de honor de la Fundación.
Hoy, en la junta, los datos, los ratios, los balances y la estrategia ganarán espacio y atención, mientras que las escuchas de Villarejo, sin olvidarse, se posponen para más adelante. El banco sigue centrado en su investigación interna. Dada la naturaleza de los hechos y el tiempo de investigación transcurrido, no hay que esperar de ella ni grandes hallazgos ni revelaciones espectaculares. Será el juez instructor quien lidere el proceso, en el que cada día que transcurre incorpora una nueva noticia siempre escandalosa, y nunca tranquilizadora. La máquina de la Justicia es lenta, pero lleva muchos años demostrando que es imparable. Al presidente anterior le esperan más sinsabores, pues ninguno de los afectados por las actuaciones de Cenyt, el 'proveedor de seguridad' del banco, se va a considerar satisfecho con su dimisión.
La entidad tiene que acelerar el paso y concluir ya la investigación, pasarle los papeles al juez y esperar a su sentencia. Así podrá dedicarse en exclusiva a la gestión del negocio, que se presenta prometedor en esta nueva etapa, y a enderezar la maltrecha cotización, como le piden con ansiedad sus accionistas, que han estado castigados durante todo el mandato anterior. Suerte.
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