El Mirandés recarga pilas y Lisci saca la calculadora

Pero, antes de encarar el sprint final de la competición, los jugadores han disfrutado de dos merecidas jornadas de descanso. Muchos han optado por volver a sus municipios junto a sus familias, pero alguno también ha aprovechado para marcarse un viaje de corta duración.

El objetivo, el mismo para todos, no era otro que resetear tanto las piernas como la cabeza. Y es que la parroquia rojilla es conocedora de que el equipo está realizando un esfuerzo físico excelso, hasta cinco futbolistas superan ya ampliamente los 3.000 minutos de juego este curso y otros tantos se acercan a la cifra; pero también hay un gran desgaste psicológico detrás de la gesta que está logrando el equipo.

Una vez lograda la permanencia en Segunda, el reto troncal del año, la exigencia mental no ha disminuido. Pelear semana tras semana con los 'gallos' de la competición, que cuentan con plantillas más profundas y jugadores más experimentados en la gestión de este tipo de escenarios, conlleva una concentración suprema, y el joven plantel rojillo no afloja.

«Necesitábamos recargar las pilas», comentan en el seno del vestuario. La victoria contra el Castellón se celebró, como no puede ser de otra forma, sabedores de que el billete para el playoff ya está casi en el bolsillo, salvo catástrofe, pero sin hablar más allá y presos de un notable cansancio. De hecho, en el vestidor de Anduva no se escuchó la palabra Córdoba al término del encuentro, un término que hoy comenzará a tener peso propio. Sólo importaba el descanso del guerrero.

Una vez finalizados los días de descanso, plantilla y cuerpo técnico vuelven hoy al trabajo en el Campo 2 de Anduva, en horario matutino. La práctica, como la de mañana, será a puerta abierta, el equipo descansará de nuevo el jueves y completará tres sesiones más antes de cerrar la semana. El viernes, a puerta cerrada.

Según ha podido saber EL CORREO, mientras los jugadores recargaban pilas, Lisci y su equipo ya habían encontrado las suyas para encender la calculadora. Con tres jornadas por delante, se abre el periodo en el que hacer cuentas, como ya avanzó el romano semanas atrás. De momento, la victoria del Levante en Elche, del Burgos ante el Córdoba y el agónico triunfo del Cádiz ante el Almería, jugaron a favor de los rojilos, previsiblemente.

El Mirandés necesita un pequeño empujón para garantizar su presencia en el playoff de forma oficial y todavía faltan tres jornadas por disputarse. Con el billete a la promoción medio asegurado, ahora se vuelve a abrir la ventana del ascenso directo. Así las cosas, el partido en El Arcángel de Córdoba ante un cuadro califa que poco tiene en juego ya, aparte de buscar una mejor clasificación, se antoja definitivo en lo que a las aspiraciones de ascenso se refiere.

Así lo expresan fuentes del vestuario. «Estamos muy contentos de poder jugar el playoff, un playoff que estamos rozándolo y ya es una bomba de temporada para nosotros», exponen antes de agregar que «a partir de ahí, todo puede pasar».

Los de Lisci cerrarán la jornada de Segunda en la ciudad de la Mezquita el próximo lunes a partir de las 20.30 horas. Por lo tanto, los de Miranda saltarán al césped sabiendo lo que han hecho el Elche en el Alcoraz de Huesca, el Levante con el Albacete en casa y el Racing de Santander en Almería. Con este contexto, el vestuario mirandesista tiene claro que el partido de Córdoba «va a marcar todo lo que queda».

Pese a que matemáticamente sólo franjiverdes y granotas dependen se sí mismos para ocupar las dos primeras plazas de la tabla dentro de tres semanas, los rojillos están convencidos de que, si son capaces de sumar los 9 puntos que restan por jugarse, ascenderán directos. Para ello, el inicio del mayúsculo desafío pasa por Córdoba ante un rival con bajas que incluso podría dar minutos a los menos habituales. Aún así, el rival querrá ganar ante los suyos para poner el broche a una gran segunda vuelta y quedar lo más arriba posible en la tabla para lograr un mejor premio económico.

Volviendo al Mirandés, el mejor equipo local de la categoría de plata y el decimocuarto cuando juega lejos de Miranda, aún tiene dos compromisos a domicilio en los que deberá mejorar su imagen como visitante. «No hay nada que perder, vamos a ir con todo y somos el único equipo que no tiene presión», son algunas de las proclamas que lanzan los jugadores.

Asimismo, tanto futbolistas como técnicos reiteran que, a buen seguro, Córdoba marcará la inercia y las sensaciones del equipo para recibir al Almería y cerrar el curso en Cartagonova. Con el playoff en la mano, un botín impensable en agosto cuando ni siquiera había jugadores suficientes en plantilla como para disputar el partido de presentación, el Mirandés ahora quiere lograr el milagro de subir por la vía directa.

«Es un campo complicado y un rival muy complicado. Pero no tenemos nada que perder, estamos rozando el playoff y tenemos que ir a por todas. Estamos muy contentos por todo lo que se está viviendo», expresan algunos de los protagonistas. Por último, por lo bajo también confiesan que tienen un ojo puesto en los rivales directos, que el golaverage ganado al Elche está más que presente en sus cabezas y que seguirán con atención el Levante-Albacete y, sobretodo, el Huesca-Elche.