Este Mirandés aprende a ganar en Segunda

Michelis, finalmente, no estuvo convocado y en su lugar entró Álex Martín, que jugó por el perfil diestro, lo que conllevó que Raúl Navas se trasladara al izquierdo. Pinchi, esta vez por dentro -se convertiría después en el protagonista destacado del equipo-, con Roberto López por la derecha, constituyó la otra novedad en el once de Etxeberria. El Zaragoza, por su parte, repitió la alineación de las últimas semanas.

Los rojillos empezaron enchufados. Una falta directa botada por Roberto López puso en apuros a Cristian y, en el minuto 7, Raúl García no llegó por poco a un balón en el área pequeña. Muy activos todos los futbolistas, desde el primer instante quisieron imprimir un fuerte ritmo al encuentro ante un adversario que lo fiaba todo al contragolpe, con Simeone como punta de lanza.

Los locales eran los que buscaban la portería contraria. Pinchi lo intentó desde lejos, con un tiro defectuoso. De los aragoneses no había noticias ofensivas. Una sola vez pasaron con cierto peligro del centro del campo en la primera media hora: el vertiginoso Simeone se fue de Navas, mucho menos rápido, y le sacó una cartulina amarilla al central.

Si alguien merecía el gol, sin embargo, era el cuadro jabato. Se hizo justicia tras aprovechar un centro por la derecha, que la zaga no despejó. Lluis López, con el muslo, y posteriormente Pinchi, casi de rebote, batió al meta.

El guión estaba siendo similar al de otros encuentros anteriores. El Mirandés fue mejor que su oponente en la primera media hora. Si bien, esta vez, logró adelantarse en el electrónico.

Los blanquillos quisieron reaccionar. Al filo del 40, Vada remató de tacón en el único acercamiento serio del bloque de Carcedo en los primeros 45 minutos. Se encontró con un Herrero bien colocado. En la acción siguiente, la ocasión fue doble para los de casa. Pinchi remató de cabeza, desvió con muchos problemas el cancerbero, el rechace le llegó a López, que tiró con mucha intención para que se luciera de nuevo el portero. No hubo más. No se contabilizó el ya habitual gol del rival en los fatídicos dos últimos minutos del primer acto. Importante. Al descanso se llegó con ventaja. Ya era un paso adelante.

Los de Etxeberria lo habían hecho casi todo antes del descanso. Al margen del gol, habían generado ocasiones y llegado mucho más. Hasta recibió las dos cartulinas que vieron los protagonistas en el primer tiempo. En el Zaragoza, Simeone y poco más.

Había que corregir situaciones en las que se reciben goles en minutos estratégicos y el Mirandés se encontraba en la senda correcta porque en el 49 Pinchi hizo el segundo, en esta oportunidad sin ayuda de ningún jugador rival, de tiro raso tras culminar una buena triangulación del frente de ataque. Todo estaba encarrilado.

Simeone marcó pero el tanto no subió al marcador por claro fuera de juego, así que todo quedaba igual. El choque se endurecía por momentos. Los visitantes no tenían previsto perder en casa del colista, se sucedieron las entradas a los jugadores rojillos y desde el fondo visitante, algunos de los 500 hinchas del Zaragoza la empezaron a tomar con el portero mirandesista, a quien escupieron, tiraron vasos, además de proferir insultos en su contra.

Pinchi se retiró renqueante. Había tenido problemas físicos durante la semana y tras ser el destacado del partido, por los goles y sus acciones, se retiró para dar entrada a Manu García. El futbolista se incorporó para aportar su veteranía. Faltaba aún media hora y su concurso tenía que ser importante.

Juanlu, Santos y Javi Serrano se sumaron después para refrescar al equipo. Lo hicieron en un choque que tuvo que acabar con más tantos para los locales. El lateral hizo la jugada de la tarde, dribló a dos jugadores dentro del área y su tiro, de rosca con la zurda, se topó con el poste. Oriol, después, lanzó un potente disparo para que se luciera Cristian, quien evitó una mayor goleada.

Herrero puso su granito de arena despejando en los instantes finales , en una brillante parada, un remate de Maktar. Los aragoneses lo intentaban más con corazón que con cabeza a base de balones bombeados. No hubo variación.

También se incorporó al final el mirandés Castillo. Todos, plantilla y afición, celebraron la primera victoria del curso. Importantísima. Y justa.