La Virgen de Orduña, de todos y de nadie
El alto coste de la reparación y el limbo sobre la propiedad del monumento impiden arreglar el centenario símbolo del Txarlazo
Cristina Raposo
Lunes, 20 de enero 2020, 00:18
Sobre las ramas de un tronco de morera tallado en hormigón y en lo alto del Txarlazo, la cumbre más emblemática de Orduña, se alza, ... asomada al escarpe, la efigie de la Virgen de La Antigua, patrona de la ciudad y uno de los símbolos de la Sierra Salvada. Durante 115 años, la figura, de 15 metros de altura y 50 toneladas de peso, ha soportado innumerables temporales que, por poco, acaban destruyéndola. Y es que las duras condiciones meteorológicas que acompañan al periodo invernal en el entorno -esta pasada semana los vientos ha rozado los 130 kilómetros por hora en el medidor de este monte-, agravan cada año su situación. Y todavía no hay previsto ningún paso para salvar el monumento, de todos y de nadie. De hecho, su propiedad, aseguran desde el Consistorio, «no está registrada». «Su construcción fue realizada por muchas instituciones, entre ellas el Ayuntamiento de Orduña, municipios de Burgos, la iglesia e incluso vecinos», precisan.
La Diputación señala que el monolito «está incluido en el inventario municipal de Orduña», pese a estar situado en terrenos de la localidad castellanoleonesa de Villalba de Losa. Lo que sí está claro, lamentan desde la Administración local, es que, «por el momento, nadie prevé actuar a corto plazo porque no se sabe a cuánto podría ascender su reforma; no es un proyecto únicamente del Ayuntamiento».
La única estimación económica de la que se dispone es un estudio técnico redactado hace más de una década. Entonces, el informe cuantificaba el presupuesto para derribar la actual ramificación de hormigón de la base y «llegar al origen» de los problemas en 2,2 millones de euros. Ahora, la cifra sería más elevada, ya que la estructura está más deteriorada que entonces.
Un informe de hace diez años cifraba el arreglo en 2,2 millones, aunque ahora está más deteriorado
Presupuesto elevado
Otear 42 localidades
Tanto es así que, desde el cierre hace diez años por motivos de seguridad del mirador que alberga en su interior, que permite otear 42 localidades de cinco provincias, casi nadie ha vuelto a entrar. Solo una vez desde entonces se ha abierto, y no para una visita turística, sino para que accediera el rector del santuario de La Antigua, templo que también rinde honores a la patrona.
«El pasado 10 de mayo lo visité junto a ingenieros y arquitectos para valorar y examinar su estado, que sin duda alguna necesita de una gran reparación», detalla. Pese al gran valor patrimonial y arquitectónico de la efigie, que no está incluida en el catálogo de patrimonio cultural vasco, su difícil y costosa reparación ha impedido su reforma durante más dos décadas. «Quien decida actuar, debe hacerlo con cautela y manteniendo su valor. Pero, para ello, debe haber un consenso previo entre los colectivos implicados», opina el religioso.
Con el fin de recuperar el monumento, una de las mayores obras de hormigón armado realizada en España en el siglo XX, en 2004 los responsables municipales abrieron una cuenta bancaria con el objetivo de recaudar fondos. Y llegaron a recoger hasta 10.000 euros. «Visto lo que se necesitaría, es una cifra insignificante, pero muy importante simbólicamente», destacaban entonces.
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