Pequeños recorridos y grandes descubrimientos por Urdaibai

Urdaibai reúne, en su extensión de tan solo 12 kilómetros de ancho por casi 20 de largo, las ventajas de descubrir el mundo a pie sin la necesidad de consumar grandes recorridos. En la única Reserva de la Biosfera de Euskadi, el caminante puede desplegar un mapa de pequeños senderos que discurren por terrenos repletos de historia, leyendas, arte y naturaleza, y sobre el que habitantes y visitantes se afanan a diario en andar de la mano y hablar el mismo lenguaje, a favor de su sostenibilidad.

Caminar, descubrir y disfrutar son solo tres de las atracciones que nos invita a practicar esta área natural en la que los fenómenos geológicos han modelado una espina dorsal acuática, paredes hojaldradas de corales, cuevas, simas, extensiones de campiña y bosques mágicos. Por si fuera poco, las maravillas aladas se encargan de vigilar desde lo alto estas valiosas arterias, debidamente indicadas para que el caminante no se despiste en su recorrido.

La Asociación de Desarrollo Rural Urremendi ha reunido en su última publicación 'Recorridos para conocer Urdaibai-Busturialdea' una decena de esos pequeños caminos, que unas veces se sumergen por los municipios costeros y otros se abren paso por el interior de Urdaibai. La PR –BI182, que discurre por Muxika, y la etapa 12 de la GR 123 Sukarrieta-Bermeo son solo dos ejemplos de ello.

Los caminos del interior de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai pasan por Muxika. A pesar de su gran extensión –es uno de los municipios de Busturialdea que más terreno ocupa- , por el contrario, es de los más desconocidos de la comarca.

La guía de la red de senderos propone adentrarse en este entorno, «que esconde gran encanto», partiendo del barrio Ariatza. El camino discurre paralelo a la carretera hasta alcanzar el sendero que asciende hasta Usparitxa, donde se encuentra la ermita de San Miguel. El itinerario se dirige hasta Errekatxugoitia, a través de un camino forestal. Desde lo alto del barrio Txakale se divisan espectaculares vistas de Muxika y parte de la comarca.

Si proseguimos el ascenso por Gorozika, hasta San Roman, nos espera en lo alto de Besangiz una monumental encina, la de Urkieta. El camino vecinal nos descubrirá también el pequeño templo dedicado a San Roman, además de la torre de Muxika.

El sendero desciende hasta el Kurtzero, desde donde el Bizkaibus nos facilita el traslado hasta el punto de partida, en Ariatza.

El camino discurre por las orillas más próximas a la desembocadura del estuario de Urdaibai, adentrándonos en los municipios de Sukarrieta, Mundaka y Bermeo. La vía senderista nos regala al paso la belleza del paisaje costero, con sus pequeñas calas, playas y coloridos puertos. Sobre el fondo azul del mar aparece pintada la isla de Izaro en la que recalan diferentes especies de aves migratorias, en torno a los vestigios de un antiguo convento de franciscanos que aún se vislumbran en el islote bermeano.

Tras cruzar la histórica villa, de tradición marinera, el camino nos dirige por barrios rurales y nos invita a ascender por la ladera del monte Burgoa. A medida que subimos se van ampliando a su vez las vistas de las aguas del Cantábrico. Desde Burgoa el recorrido desciende hasta divisar el peón de San Juan de Gaztelugatxe, y por la misma pista nos toparemos con la inesperada ermita de San Pelaio; una de las escasas muestras del arte románico en Bizkaia.

El esfuerzo merece hacer un alto en el camino en el área recreativa de Lurgorri o asomarse al viejo faro del cabo Matxitxako. En torno a su majestuosa columna descansa un observatorio de aves y cetáceos.