El mejor plan deportivo del fin de semana: descubre tres senderos por Bizkaia y Álava

El arroyo Mendiola es una surgencia que recorre el corazón del Parque Natural de Urkiola entre sus más emblemáticas montañas y atraviesa el desfiladero de Atxarte antes de hacerse tributario del Ibaizabal en el núcleo urbano de Otxandio. El recorrido que nos ocupa nos adentra en la vaguada originaria de esta surgencia, rodeada de picos como Urkiolagirre, Alluitz, Astxiki o Untzillatz.

Comenzamos el recorrido en el aparcamiento que hay junto al caserío Txakurzulo, en la carretera que une Durango con el puerto de Urkiola. Frente a él, al otro lado de la carretera, nace una pista forestal en la que se inicia la ruta. A pocos metros encontramos una bifurcación; dejamos la pista principal y descendemos por la senda de la izquierda hasta el caserío Santigaztelu. Aquí, merece la pena abandonar unos metros el sendero para fotografiar el caserío Gatzagieta con la imagen del Untzillatx al fondo, uno de los iconos paisajísticos de Bizkaia.

De vuelta al caserío Santigaztelu, a su derecha tomamos el camino que nos llevará hasta Atxarte, por la antigua calzada. Más abajo la calzada se transforma en pista forestal y descendemos por ella hasta llegar al arroyo Mendiola, desde donde difrutamos de unas bonitas vistas del desfiladero y sus imponentes paredes, que acogen la principal escuela de escalada de Bizkaia. Cruzamos el arroyo por el antiguo puente de piedra y llegamos a una nueva pista. Nuestro recorrido continúa ascendiendo por ella, pero antes de seguir, nos acercamos a ver las ruinas del antiguo molino y la ermita del Santo Cristo de Atxarte, Kristoandako, erigida, según dicen, sobre una pequeña cueva a la entrada misma del desfiladero.

Continuamos nuestro recorrido ascendiendo poco a poco por la pista hasta el pequeño aparcamiento situado bajo el hayedo. Seguimos subiendo por la pista cementado y pasamos junto a los caseríos Olaetxe e Intxalde, siempre con el arroyo Mendiola a nuestra derecha. Los pinares siguen acompañando nuestro caminar, pero pronto surgen en las laderas pequeñas manchas de bosque autóctono. Desechamos una pista (izd.) que lleva las campas de Genzelai, bajo el collado Artola, entre el Astxiki y el Alluitz y seguimos remontando por la margen derecha del valle.Una vez en el barranco de Ganbarrua, al fondo ya de la vaguada, bajo el collado Asuntze, atravesamos el arroyo Mendiola por un paso. Nuestra pista describe entonces, una amplia curva y se adentra en un precioso bosque de hayas y robles trasmochos, en la ladera del Urkiolamendi. Pronto, este bosque deja paso a plantaciones de hayas y coníferas que nos acompañarán el el agradable paseo que nos devuelve a Txakurzulo.

Uno de los muchos privilegios de la orografía vasca es que a apenas media hora a pie de sus ciudades el mendigoizale está ya en pleno monte. Y si alguien los sabe bien son los vitorianos, a quienes los Montes de Vitoria les permiten disfrutar a la puerta de casa de paseos y caminatas que en nada tienen que envidiar a macizos más grandes y remotos.

Esta vez la visita al cordal que delimita la Llanada alavesa con Treviño sirve de excusa para conocer una de los ancestrales rutas que atravesaban la sierra: la Colada de Peña Betoño. Se trata de la antigua vía pecuniaria que unía La Rioja Alavesa con la capital vitoriana. Esta ruta contó con un importante movimiento comercial relacionado con el intercambio de ganado, vino y otros productos agrícolas. El caminante aún puede encontrar tramos empedrados, por los que transitaron los carros durante siglos.

Aunque el PR comienza en el mismo centro urbano, nosotros iniciamos la excursión por la colada (cañada) en el Jardín Botánico. Comenzamos la caminata en la Casa de la Dehesa. Cruzamos la explanada que sirve de aparcamiento con la cruz de Olarizu frente a nosotros y salimos a un pista, que seguimos hacia la izquierda. Afrontamos el tramo más monótono de la excursión. Desemboca en otra que lleva (dch.) a Mendiola, cruzamos el pueblo y seguimos la pista asfaltada que se dirige hacia la sierra. Aquí empezamos a ver las balizas blancas y amarillas del PR-A 20 que nos acompañarán hasta el cordal de los Montes de Vitoria.

Tras kilómetro y medio dejamos por fin la carretera, cruzamos un portón y continuamos (izd.) por un bonito camino con vista a Monasterioguren. Esta marcada y bonita senda discurre entre quejigos y, tras cruzar un puente de madera, desemboca en una pista de grava a la altura de un poste de señales.Un poco más adelante, cogemos otra amplia pista (dch.) que recorre la loma Pekomendi y desemboca en el collado conocido como Cruce de Las Divisas.

Seguimos por la senda que tenemos enfrente, donde no tarda en aflorar el empedrado de la ancestral calzada, de nuevo visible más arriba en el hayal, en el tramo sin duda más bonito de la excursión. El sendero muere en un pista cerca ya del cordal (2h.00«). Seguimos por ella unos metros hacial a derecha hasta encontrar un sendero que remonta con ganas (izd.) por el hayedo y al que siglos de uso y erosión lo han convertido a tramos en una verdadera trinchera. Más arriba el camino se abre, cruzamos una solitaria puerta en medio de hayedo y alcanzamos el portillo de Peña Betoño (donde termina el PR), a los pies del cercano Peña Betoño, más conocido como Askorri. Aunque llegó a ser cima «centenaria» a mediados del siglo pasado, hoy pasa desapercibido en la divisoria entre Álava y Treviño y ni siquiera tiene buzón.

El sendero es unidireccional, así que la bajada se hace por el mismo camino. Pero introduciremos una pequeña variante para hacerlo más interesante. Retornamos a la última pista que hemos cruzado dirante la subida y cogemos un desvío anterior al por el que hemos ascendido. Es un camino paralelo al de subida que nos descubre otra vaguada del hayedo y por el que también disfrutamos del bosque. Ya abajo, desemboca en el Cruce de Las Divisas, desde el cual desandamos el camino ya conocido por el PR hasta el Jardín Botánico.

Uno de los senderos más singulares ,y exigentes, de la red de PR's de Bizkaia es el que da la vuelta a Otxandio. Se denomina Basabisitta, que es el recorrido que desde hace más de 300 años, en el mes de septiembre, realizan los habitantes de Otxandio acompañados por los representantes municipales, comprobando los mojones que limitan el municipio, reafirmando de esta forma su identidad social y territorial. Este sendero PR recorre gran parte de ese itinerario tradicional. La senda descubre la amplia riqueza paisajística y natural del municipio, asciende dos de sus cumbres –Mirugain y Motxotegi– y da a conocer un sinfín de enclaves de gran interés, como el gigantesco mugalari Azpikoarri.

Partimos de la plaza Nagusia de Otxandio. Por el Camino Real, seguimos la calle Uribarrena, dejamos atrás el núcleo urbano y llegamos a la ermita de San Roke y el cementerio. Cruzamos la carretera y no tardamos en llegar al cruce en el que la senda se bifurca. El recorrido se puede hacer en cualquiera de los dos sentidos. Elegimos el de las agujas del reloj. Con las marcas blancas y amarillas como referencia permanente, la senda atraviesa bonitos hayedos y confluye en varios puntos con el GR-38 antes de iniciar el ascenso al Mirugain, cuyo buzón se ubica apenas a 50 metros a la izquierda del camino.

Apenas un centenar de metros después, se abandona la pista para afrontar un vertiginoso descenso (atención con suelo mojado) hasta el río Iñola. Lo cruzamos por un puente nuevo, pasamos junto a la arruinada Txabola de Don Andrés y salimos a la carretera que lleva a Olaeta. Tras 600 metros por el asfalto, cogemos una pista (dch.) que lleva primero al barrio Aurtola y luego a Olaeta, aunque no llegaremos a su núcleo principal. Frente a la iglesia de Andra Mari, seguimos una pista hasta un cruce de caminos cercano a la regata de Amezolaerreka, donde nuevamente cruzamos el GR 38. Cruzamos el arroyo y entre pistas forestales, pinares, hayedos y pastos llegamos al barrio Andaparaluzeta, al borde mismo de la carretera que lleva a Urkiola.

La cruzamos y, por pistas forestales (atentos a los postes de señales en los cambios de dirección), nos dirigimos al área recreativa de Presazelai, cerca de Otxandio, y a la sombra de un hayedo trasmocho. Antes pasaremos junto al gran mojón de Azpikoarri.

Otxandio queda cerca y los más cansados pueden retornar al pueblo por el PR-BI 51. El resto afrontamos la ascensión al Motxotegi, primero por el viejo camino a Mikoleta y su bonita aliseda y luego ascendiendo por hayedos hasta la loma cimera y la cumbre, con bonitas vistas al Gorbeia.

Regresamos ya a Otxandio. Descendemos por la vertiente contraria hasta los límites del pantano. Si el agua está baja se puede cruzar por un viejo puente a Gordobil, como fue nuestro caso. Si no, hay que rodear la masa de agua por Mikoleta. Desde Gordobil se retorna a Otxandio por una pista que rodea el monte San Bernabé y confluye con la ruta de salida poco antes del cementerio, desde donde entramos en el pueblo y damos por finalizada la excursión.

Por supuesto, pueden consultar aquí más rutas