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as labores para pintar la emblemática torre empezaron este viernes. Pinturas Orozko
La Cruz del Gorbea se pone guapa

La Cruz del Gorbea se pone guapa

Se aplicarán 60 kilogramos de pintura y un acabado muy resistente para que permanezca intacta al menos otro siglo más

leire pérez

Viernes, 14 de junio 2019

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A 1.481 metros, la cota más alta de los montes vizcaínos, la Cruz del Gorbea sufre los envites del paso del tiempo, pero también la crudeza del invierno y del viento, que azota día sí y día también a su estructura. Desde este viernes a primera hora de la mañana este emblemático símbolo del montañismo vasco está siendo sometido a una importante operación de cirugía, de restauración y de un par de manos de pintura que le dejarán como nueva durante al menos los 112 años que lleva en pie.

En 1901 se inauguró la primera pieza a propuesta del párroco de Zeanuri y para conmemorar como proponía el Papa León XIII la llegada del nuevo siglo. Duró apenas un mes. Precisamente un tremendo vendaval la echó abajo. La segunda no tuvo mejor suerte, aunque estuvo en pie tres años. A la tercera, como dice el dicho, fue por suerte la vencida y el símbolo religioso ha logrado llegar hasta nuestros días, aunque también ha sido necesario algún que otro retoque. La última puesta a punto data de 1991, así que ya tocaba.

Durante los próximos ocho días, si el tiempo acompaña y la meteorología no hace de las suyas en un final de primavera bastante inestable, se concluirá un proyecto en el que se utilizarán 60 kilos de pintura con terminación de poliuretano de dos componentes de alto rendimiento. Pinturas Orozko, la empresa encargada del trabajo, arreglará los agujeros y descascarillados que en este tiempo se han originado.

Un cuarto de siglo

Y si todo sale bien, estará lista para la celebración el próximo viernes el cuarto de siglo de funcionamiento del Patronato del Parque Natural. Según recuerda Iñaki García Uribe, uno de los artífices de la reparación, fue José Llerena, responsable de la empresa de pinturas, el que se dio cuenta de los desperfectos. «Me llamo un día y me dijo que al subir un día al monte se percató de que tenía grandes agujeros y que en algunos puntos la pintura se había carcomido, así que presentamos hace ocho meses un proyecto al Patronato y nos dieron el visto bueno», resume.

Este experto y etnógrafo, que ha ascendido casi medio millar de ocasiones el Gorbea no se había percatado del daño. «Hacía falta que lo mirase alguien que sabe de estas cosas», apunta.

Tres operarios y expertos en trabajos en altura se colgarán de la estructura metálica para llevar a cabo el arreglo -el siglo pasado se instaló un andamio, pero por seguridad se ha prescindido de esta opción-. La zona estará vallada mientras duren los trabajos, aunque los centenares de montañeros que asciendan durante este fin de semana a la cima podrán disfrutar y retratar una imagen que se convertirá en parte de la historia de la figura.

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