La fiebre y la gastroenteritis no frenan a los Pou en Perú
Iker y su compañero Manu Ponce ha conseguido firmar la segunda repetición de la cara oeste del pico Amahugaychu (5.134 metros) por la ruta 'Eder Sabino' en ascensión libre
Los hermanos Pou han sacado fuerzas de donde no las hay para continuar con sus aventuras en los Andes peruanos. Fiebre, gastroenteritis... El pequeño, Iker, ha conseguido firmar la segunda repetición de la cara oeste del pico Amahugaychu (5.134 metros) por la ruta 'Eder Sabino' en ascensión libre. El mayor, más cansado, ha decidido guardar reposo. «Como siempre decimos, estas son las cosas que tiene 'el juego de viajar' a sitios lejos de casa, donde simplemente lavarte los dientes con agua del grifo puede hacerte enfermar», explica Eneko de este nuevo capítulo que ha escrito su hermano tras las aperturas en el valle de San Marcos junto a su compañero Manu Ponce.
Eneko había tenido fiebre tras la última salida e Iker no se encontraba «ni al 50%» después de las dos semanas con gastroenteritis que le hicieron perder más de 5 kg. No han sido un impedimento para este último y así coronar el Amahugaychu. «Esta montaña ya la habíamos explorado en 2017 junto a Pedro Galán, pero por falta de tiempo nunca fuimos a escalarla. En Huaraz empezamos a informarnos sobre la misteriosa pared que parecía que nadie había subido nunca. Nos decidirnos a intentarlo, aunque solo nos quedaran 4 días para volar a casa», cuenta Ponce.
Ambos cogieron un taxi junto al fotógrafo peruano Alexander Estradaque a la entrada de la Quebrada Quilloc. Tras 2 horas de aproximación llegaron al campamento base a 4.500 m y aprovecharon el resto del día para explorar la pared de cara a la subida del día siguiente. No sabían a lo que realmente se enfrentaban. La altura de la pared, la dificultad y calidad de roca que se encontrarían... «Sabíamos de la posibilidad de algún intento anterior, pero no de la existencia de ninguna ruta», desliza Iker. «Al día siguiente amanecimos muy temprano para tener tiempo suficiente para poder llegar a cumbre. Hacía mucho frío en sombra y con muchos metros aún por recorrer», rememora.
Por la ruta había restos y cuerdas abandonadas de algún intento anterior, por lo que a mitad de camino se dieron cuenta de que se trataba de una vía ya existente. Después de 10 horas de actividad ininterrumpida coronaban la cima, la primera repetición en libre y a vista de la ruta 'Eder Sabino Chachca Don Bosco' que fue abierta por los alpinistas Mauro Florit, Massimo Sacchi y Marco Sterni, a quienes les costó 10 días de trabajo con cuerdas fijas completar la ruta, la cual bautizaron con el nombre de un joven guía amigo fallecido esos días en una montaña de la misma cordillera.
«Nos esforzamos al máximo para lograr 500 metros de escalada de alto compromiso y dificultad técnica. Con largos en torno al 7o grado. Y ahí no acabó todo, ya que para el descenso tuvimos que concentrarnos al máximo para destrepar unos 300 metros con pasos de hasta 4o grado», detalla Ponce. »Es un lujo haber conseguido realizar en 11 horas una actividad que en su momento supuso 11 días de trabajo, y hacerlo en escalada libre, el mejor de los estilos«. Un broche de oro.