Alberto Ginés, la baza adolescente para convertirse en el primero olímpico español de escalada
El joven extremeño busca una plaza para los Juegos de 2020 y ya se codea en los podios internacionales con el mismísimo Adam Ondra, considerado el mejor escalador deportivo de la historia
Todas las opciones de representación española en los próximos Juegos de Tokio 2020 en la modalidad de escalada pasan por un chico de 17 años: Alberto Ginés. Será la primera vez que la escalada sea olímpica, hecho que ha revolucionado el mundillo y acelerado de forma exponencial la explosión de nuevos talentos en todo el planeta. Alberto Ginés es extremeño, tierra donde la escalada no figura entre las modalidades deportivas más populares si se compara con la tradición vasca, madrileña, catalana, valenciana, etc.
De hecho, Ginés, que empezó a escalar a los tres años de edad de la mano de su padre, recuerda haber crecido en un rocódromo y viajar mucho para confrontarse a la roca: «Íbamos a Cuenca y a lugares similares para poder tocar vías de roca», recuerda. Recientemente, se ha colado en dos podios de la categoría absoluta, convirtiéndose en el competidor español más precoz. Ni siquiera Ramón Julian o Patxi Usobiaga, los dos mejores especialistas que ha dado la escalada en este país, alcanzaron a tan temprana edad su nivel. «La verdad es que apenas hace año y medio veía en el salón de mi casa las competiciones y ahora tengo ya dos fotos de podio al lado de Adam Ondra… Es todo un poco raro», dice como si no acabase de creérselo.
Subcampeón de Europa absoluto, vive el momento entre alucinado y sereno. Su entrenador, David Macía, guía sus pasos desde hace seis años y se da la circunstancia de que es el seleccionador español. Ginés reside ahora en el centro de Alto rendimiento de Sant Cugat, en Barcelona, cursa bachillerato por las mañanas e invierte por las tardes unas tres hora en su entrenamiento. «A menudo viajamos fuera porque en España no hay instalaciones adecuadas. Este mes pasaremos varios días en Austria, donde los rocódromos son fabulosos y entrenaremos todo el día para preparar bien el preolímpico», señala. Su relación con Macía, que en su día entrenó a Ramón Julián, es casi familiar: «Paso más tiempo con David que con mis padres, somos casi familia», asegura tras seis años tutelado por el técnico catalán.
Aunque observa que el momento empieza a ser favorable para que el profesionalismo llegue de una vez por todas al mundo de la escalada, no tiene intención de aparcar sus estudios: «Me gustaría estudiar una carrera, fisioterapia a ser posible, y si puedo vivir de la escalada, perfecto, pero estudiar es prioritario».
Ginés, que mide 1,69, pesa 64 kilos y solo recientemente ha empezado a cuidar su dieta, vive ahora lejos de la pared: «Este año solo he tocado la roca un fin de semana», observa. Con 15 años encadenó una vía de 9 a pero ahora le resulta imposible compaginar la resina con la roca natural. Muchos se preguntan qué nivel puede alcanzar en vías naturales a la vista de su excepcional rendimiento indoor. «Soñar con alcanzar a Ondra (el primer y único en alcanzar el grado 9 c en roca) es mucho soñar… pero ¿por qué no?».
