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Lorena Gil | Silvia Cantera | Daniel de Lucas
Domingo, 22 de diciembre 2024, 11:29
«Oye, ese es nuestro número, ¿no?», preguntaba sobre las diez de la mañana un usuario del gimnasio Altafit del barrio bilbaíno de Miribilla a la persona que atiende la recepción. «¿Qué dices?», le responde. Todos miran a la televisión, consultan sus móviles... Sí, el número que juega el centro de fitness es el que se ha llevado el tercer premio de la Lotería de Navidad. Es el 11840 y se ha vendido en la administración situada frente al gimnasio.
«¡Que sí, que sí, que nos ha tocado!». «Empiezan los gritos, los abrazos... Un hombre mayor que tiene todos los días, especialmente a darle al palique, pero que también hace sus ejercicios, suelta: ¡Venir al gimnasio tiene premio!», relata una usuaria. Ella tiene un décimo en casa del número agraciado, acaba el año con 50.000 euros más. La administración del centro comercial de Miribilla tiene asignadas 41 series del tercer premio, lo que supone algo más de 20 millones de euros.
En el gimnasio la mayoría sigue con sus ejercicios. Hay corrillos, a muchos la suerte les ha sonreído. «Yo lo tenía claro», comparte Ainhoa. «Me dije: Si les veo brindando con champán por la televisión y yo no he comprado un décimo, me pego un tiro». Lo hizo, claro. También hay gente en silencio. «Será quienes no han comprado...». Lo mismo pensó Nerea González: «Vengo a entrenar y le toca a todo el mundo menos a mí... Siempre lo ves en la tele y nunca te crees que te vaya a tocar a ti», reconoce.
Nerea Arias estaba durmiendo porque era su día libre y le ha sacado su madre de la cama. «Mi hermana compró para toda la familia, tenemos cinco decimos y no me lo creo. Así se viene a entrenar más motivada», reconoce exultante. Son 250.000 euros.
Felipe Francisco y Manuel Martín llevan un décimo cada uno, a compartir el primero con la mujer y el segundo con un amigo. Felipe ha sido el primero en enterarse que les ha tocado y lo «ha cascado» al resto. Dicen que es el premio a hacer deporte, vienen todos los días y fueron de los primeros en comprar el número. Manuel lo gastará en «pagar deudas» (con sorna) y Felipe en un viaje a Benidorm que «hace tiempo que no va». «Más que contento, todos los días vengo aquí y ya era hora que me tocara algo». «Es el copón» celebran.
Altafit se encuentra en un momento de incertidumbre tras ser adquirido por una conocida cadena de fitness. «Soy usuario sacrificado. Llevo un mes duchándome con agua fría porque está estropeada la caldera del gimnasio. No me ha quedado ni un pelo. Espero que ahora lo arreglen», bromea José Manuel Iglesias mientras posa con el cartel de la avería y el número premiado. Lleva un décimo compartido entre tres. «Mientras haya salud... Ojalá hubiera caído todo en Valencia», declara.
«Es la primera vez en mi vida que que me toca la algo a la lotería», confiesa Josu Puelles. «Me ha avisado un compañero y me acaba de levantar. Nada de compartido, todo a la buchaca. Para tapar agujeros que se dice. Lo siento por lo que no han cogido, igual son los gafes. Igual si lo cogen no nos toca», bromea. Josu es hermano de la última víctima de ETA en Euskadi, el que fuera inspector de la Policía Nacional Eduardo Puelles.
Magui Parra, monitora desde hace tres años en el gimnasio, es la primera vez que cogía lotería. «Cuando se puso a la venta una amiga me pidió el favor de que le comprara un décimo y me sentí con el compromiso de coger uno para mí. Dije 'si todo el gimnasio va a ganar pues también para mí'», comparte. Hoy ha merecido la pena más que nunca eso de ir al gimnasio.
Sagrario Martínez compró dos décimos. «Mi hija se casa en mayo y le dije: uno para ti y otro para mí», relata. Pero su hija dijo que no. Ahora utilizarán el dinero, nada menos que 100.000 euros para cubrir los gastos del enlace. «Hemos mandado un audio a mi marido para decirle que había tocado en el gimnasio. Voy desde hace un año, también los domingos. De hecho, he venido a todo correr y me he encontrado con todo el revuelo», describe. «Madre mía... Yo no soy muy amiga de las lotería -reconoce Sagrario-, es a mi marido al que le gusta coger. Y mira...». «¡He llamado a todo el mundo! Van a ser unas buenas navidades. Regalos a lo grande». «Ah, y si no puedo hacer algo hoy en el gimnasio, porque estoy cardíaca, pues mira, a tomar champán».
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