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Juan Carlos Berdonces
Domingo, 22 de diciembre 2024, 11:33
Hubo que esperar hasta las 11.27 horas y a la quinta tabla para que saliera el número más esperado del año: el 72480, el Gordo. Una cifra que llevó la alegría a Logroño, donde la administración número 6 de la capital riojana repartió íntegro el número. Era la consignataria de las 193 series de este número. Son 1.930 décimos.
Pero detrás de estas grandes cifras había un sabor agridulce para los loteros. Si se hubiera vendido toda la consignación, la administración María del Carmen habría repartido 772 millones, el sueño de cualquier profesional. Pero este local solo pudo dar el 54% de los premios, es decir, 420 millones repartidos de forma desigual: 20 millones se despacharon por ventanilla a través de los 50 décimos que se vendieron a los vecinos y los visitantes de la ciudad. Los otros 400 millones viajaron hasta un club de baloncesto de Madrid, el Distrito Olímpico, que hizo 80.000 participaciones para sus miembros y familias.
Cada comprador que había apoquinado cinco euros (dos para cada número jugado y otro para participar en una rifa organizada por el club) habrá ganado 40.000 euros. Además están exentos de impuestos ya que es justo el límite que establece Hacienda. Loterías se quedará con los 352 millones en premios (88 series) que no tiene que dar a los agraciados por los décimos devueltos por parte de la administración logroñesa.
Sin vinculación con la capital riojana pero más unidos que nunca con el 72480, el número que, participación a participación hasta sumar 80.000, ha llevado de rebote medio Gordo hasta el club madrileño Distrito Olímpico, que cuenta con más de 900 federados pero sin un espacio propio en el que entrenar. Este domingo, sin embargo, la calle donde está la sede, era su pista. Dos euros por participación que cambiaron la fría mañana de invierno para las familias de un club que lleva 42 años consiguiendo títulos desde esta zona humilde de Madrid, en San Blas-Canillejas, y que cuenta con 54 equipos de baloncesto juvenil, sobre todo femeninos.
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La lluvia de dinero pilló de sorpresa a la gran mayoría de agraciados, que fueron enterándose por los grupos de WhatsApp de que ayer era su día de suerte. Aunque al principio, reconocían, no pensaron que fueran los protagonistas de este sorteo, sino que pensaban que se estaban felicitando por haber ganado una sesión de fisioterapia que el club aportaba por cada dos papeletas compradas. «Al principio pensábamos que nos íbamos al fisio, y míranos ahora, no nos lo podemos creer», contaba una de las tantas jóvenes que se agolparon a las puertas del club para celebrar que el dinero ganado se quedaba, mayoritariamente, entre las familias de los diferentes equipos.
Pero ayer dejaron de lado el deporte y el himno del club fue sustituido por el número que les ha hecho un poquito más felices. A coro, solos, con champán y muchas bufandas del club, fue lo más coreado de una mañana que a la mayoría les llegó la alegría en pijama. «Mi madre de repente se ha puesto a llorar.Es una ayuda muy buena para nosotros», explicaba uno de los jugadores mientras el padre de una de las benjamines animaba la fiesta en este patio de vecinos sorprendidos por la noticia.
«Esto nunca pasa, por lo que hoy rompo este bombo y ya habrá tiempo de buscarse otro para los partidos», contaba entre lágrimas y una sonrisa que, aseguraba, nunca se imaginó esbozar. «Hoy toca tocar el bombo, mañana jugar», porque tienen claro quiénes son. «Somos Distrito Olímpico, nunca nos quitamos la camiseta», cantaban y cantaban las deportistas más jóvenes. Y, entre risas y el champán que los padres fueron llevando, el vicepresidente bromeaba: «Ahora tenemos más dinero, pero no vamos a comprar árbitros».
La única incógnita que quedaba por resolver, más allá de qué hacer con el dinero, era saber el motivo de que la participación fuera de un número de una administración de Logroño. Es sencillo. Llevan años adquiriendo los boletos en este local simplemente porque «alguien del club dijo que eran muy majos y que podían pagarnos los talonarios», explicaban desde la dirección. Ahora, tras varios años comprándoles números diferentes, «nos caen aún mejor», continuaba uno de los directivos, que contó que la administración les haría una pequeña donación, en función del número de participaciones que vendieran.
Mario no se cree los 160.000 euros que este domingo ganó. «Estos dos son los que nos han traído la suerte», dijo en referencia a sus hijos, miembros del equipo. Y es que los padres pagaron, aunque eran los jóvenes quienes más gritaban de alegría este domingo.
«Ha tocado en un club de un barrio humilde. Muchas de las familias que juegan aquí son familias obreras», defendía animado Iñaki, director de operaciones de Distrito Olímpico. «Somos un club humilde porque somos un club sin patrimonio», reconoció. Bromea que ahora tendrán que organizar un «comité de crisis» para abordar una situación que nunca se imaginaron.
Aunque la fiesta era lo primero. El villancico 'Burrito sabanero' acabó el día con una nueva versión. «Con mi burrito sabanero voy camino de San Blas». Y es que sí, la suerte les llegó aunque aún no haya terminado la temporada de baloncesto.
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