Tierras de Iranzu, rutas donde todo acaba en la mesa
Esta zona navarra esconde tesoros naturales, actividades de aventura y una gastronomía auténtica
Muchos de los planes de la primavera que tienen preparados en Tierras de Iranzu, en Navarra, son una perfecta unión de patrimonio natural, cultural y gastronómico. Y es que en la zona se pueden visitar el cañón del río Iranzu y el monasterio que lleva este nombre, poner el pie en algunos edificios románicos como el de San Martín de Montalbán, pasear por el entorno del embalse de Alloz –y hasta subirse a una de las embarcaciones de vela de la Escuela Navarra de Vela–, lanzarse en parapente para tener una visión completa del terreno... y terminar, siempre, degustando alguno de los productos de la zona. En Iranzu no faltan el buen pan, el de Abárzuza, las sales de Salinas de Oro, las mieles, los quesos y por supuesto, el vino. Aquí van algunas propuestas con toque gastro para esta temporada.
De la barrica al almuerzo
Para empezar el acercamiento, no es mala idea esta: reunir txistorra, queso de oveja latxa, pan de Abárzuza, vino ecológico de Bodegas Lezaun y cerveza Rhus, hecha con la planta del zumaque, que son los alimentos que componen el almuercico con el que termina la visita a Baku Barrikupel, el taller de ecodiseño basado en la reutilización de materiales situado en Zabal. Utilizan de todo y, sobre todo, la madera de las kupelas. En Tierras de Iranzu hay un montón de bodegas y es evidente que cada año hay un importante movimiento de barricas, entran las nuevas y las que hay que sacar porque ya no se pueden seguir utilizado para elaborar el vino deseado. A los de Baku Barrikupel les daba pena que acabaran en la basura y con ellas se dedican a fabricar, por ejemplo, lámparas. Hacen muchas más cosas y lo muestran a los interesados. La visita sin almuerzo cuesta 7 euros; con comida, 12 para adultos y cinco para niños. Para información y reservas, info@barrikupel.com.
El curso y los sabores del Iranzu
Hay que estar atentos a la agenda porque cada cierto tiempo se organiza una visita guiada al sendero Cañón del río Iranzu. En la ruta se van conociendo la geología, la flora y la fauna, la historia del monasterio, la mitología del cañón y, al final, la gastronomía, porque al acabar se sienta uno a la mesa para hacer una cata de vinos y sales ecológicas con aceite de oliva virgen, quesos Idiazabal y mieles de bosque, todo organizado por la Asociación Tierras de Iranzu. Andar, en realidad, no se anda mucho (son 4,4 kilómetros), pero la excursión es en contacto con la naturaleza que posibilita esos productos que se van a probar. La visita suele comenzar a las 10:30, dura dos horas y tiene un precio de ocho euros para adultos y cuatro para niños.

Planes a medida
Subirse a la BTT, rodear el pantano de Alloz, conocer los pequeños pueblos con encanto con vistas al embalse, adentrase en los valles de Yerri y Guesalaz... y acabar bebiéndose un vino y zampándose un pintxo, todo producto local. O engancharse al parapente y volar sobre el mismo pantano para acabar con una cata de sales y vinos ecológicos. En cualquiera de los casos todo el material, bici eléctrica incluida, está incluido en la propuesta. Para reservar y más información, 646185264 y info@tierrasdeiranzu.com. Si se prefiere entrar en acción en el agua, lo mejor es ponerse en contacto con la Escuela Navarra de Vela, que organiza en Alloz actividades en primavera y verano.
Productores
Y tanto pensar en el producto gastronómico, tal vez lo mejor sea ir a la fuente, es decir, allí donde se hacen, fabrican, elaboran todos esos alimentos. En Salinas de Oro, la del Gironés es de las pocas salineras que produce este ingrediente fundamental en la cocina con agua de manantial. La producción se remonta a, por lo menos, 1492, que es cuando está fechado el primer documento en el que se habla de ellas. La recolección se realiza de forma artesanal y esta sal es rica yodo, potasio, hierro, magnesio. Es ecológica y biosaludable y se puede ver el proceso durante una visita de hora y media con posterior cata, además de llevarse un paquetito de regalo. Más datos en www.seldespyrenees.com/

Y de lo salado a lo dulce, en la misma localidad se puede visitar Mielería Gorena, donde antes de hacer una degustación de diferentes mieles y dulces se aprende algo del mundo de las abejas a través de una exposición de paneles informativos, productos apícolas, trajes de apicultor y otros utensilios utilizados para esta actividad. Hay otras dos mielerías en la zona (Eztitsu y La Sacristana), además de tres bodegas (Lezaun, Tandem y Aroa), tres queserías (Aldaia, Axuribeltz y Lezaun) y una ganadería ecológica (Sarbil) que también organizan visitas a sus instalaciones.
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