Premio al servicio de sala del Amaren y el Aitaren
Yoana Barbero y David Stiven Jiménez ganaron el cuarto Campeonato de Sala de Euskadi
Parece que todo queda en familia. Con aita y ama... o mejor, en Amaren y en Aitaren. El cuarto Campeonato de Sala de Euskadi, organizado por SEA Hostelería-Ostalaritza, la Asociación de Hostelería de Bizkaia y la Asociación de Empresarios de Hostelería de Gipuzkoa con el patrocinio del Departamento de Turismo, Comercio y Consumo del Gobierno vasco, ha reconocido la labor de los empleados y empleadas de estos dos locales bilbaínos de restauración del grupo Parte Servicios de Gestión. Yoana Barbero y David Stiven Jiménez, jefes de sala del restaurante Amaren, se ponían la txapela y se llevaban dos mil euros como ganadores absolutos del concurso; sus compañeros Ade Dominguez y Marisé Sanchez, del Aitaren, se convertían en segundos y recibían un cheque de 1.000. Como todo quedaba en casa, los galardonados estaban en confianza para poder expresar sus emociones. Y Yoana y David no podían dejar de llorar y de reír. «Es que estamos muy agradecidos e ilusionados... y que han sido muchas horas de preparación, practicando, y no queríamos fallar a los compañeros».
Yoana lleva 21 años en hostelería, David 10. Ambos están «muy agradecidos» a la empresa por darles la oportunidad de formarse y de presentarse a un campeonato en el que no habían participado hasta ahora. Y no ha sido fácil, aseguran: al menos dos de las pruebas de la final eran completamente nuevas para ella y para él. «El desespinado y el steak tartar con pinzas... ¡no lo habíamos hecho nunca!». El jurado, al parecer, ni lo notó. Los de Amaren se alzaban con el título en una competición «de mucho nivel» en la que había un total de 8 finalistas, en representación de los tres territorios históricos. Competían los restaurantes Andere e Ikea y el asador La Sidre (Vitoria-Gasteiz), Abakando (Donostia), Casa Cámara (Pasaia. Gipuzkoa) y, de Bilbao, el restaurante Islares, además de Aitaren y Amaren.
Cinco pruebas
En directo, ante el jurado, tenían que superar cinco pruebas para demostrar sus habilidades y conocimientos y esa excelencia en el servicio, parte fundamental de la experiencia gastronómica que, como suelen decir los promotores de esta iniciativa se suele olvidar. Las personas participantes debían encontrar errores en un montaje de mesa para un menú concertado, preparar y degustar –explicando– dos tipos de café, elaborar el cóctel Pisco Sour, hacer la exposición, desespinado y racionado de un lenguado (controlando tanto el tiempo del servicio como la temperatura inicial y final del producto) y elaborar delante del cliente un steak-tartar de solomillo de vaca frisona y presentar tres raciones en un máximo de 15 minutos –fijándose bien en evitar el despilfarro alimentario–.
Para lograr un buen servicio de sala, que deje contento al comensal, no vale cualquiera, como explicaba el presidente de honor de la Asociación de Hostelería de Bizkaia, Tomás Sánchez. Es un trabajo «muy bonito» que requiere «ganas de mejorar cada día». Sólo de esa manera es posible dar «una acogida amable, una buena atención y un buen desarrollo del servicio», tres patas de una experiencia gastronómica «completa y memorable», como la califica Clara Navas, directora de Turismo y Hostelería del Gobierno vasco. Ella fue la encargada de entregar los dos premios de este IV Campeonato de Sala de Euskadi que reconoce la calidad y la profesionalidad de quienes están cada día al pie del cañón en nuestros restaurantes.