Borrar
Adobe Stock

'Petit fours'

Sábado, 26 de julio 2025, 18:40

Comenta

Un aparatoso soporte cargado de pequeños bocados tan dulces como coloridos, al menos cuatro o cinco, entre los que casi nunca faltan una gominola de ... fruta, bombones de atractivos colores, una roca de chocolate, un financier o una minimagdalena. Tras ellos hay sin duda un gran trabajo de los reposteros en la cocina. Lástima que sea un trabajo casi siempre inútil porque buena parte de ellos, cuando no todos, se quedan sin tocar en la mesa. Se trata de los llamados 'petit fours' o 'mignardises', que Ferran Adrià propuso llamar 'pequeñas locuras', y que son el punto final de la inmensa mayoría de menús degustación de los restaurantes que conocemos como gastronómicos. Hace algunas semanas, Philippe Regol, un observador gastronómico siempre acertado en sus reflexiones levantaba la polémica sobre este remate que, como bien recordaba en un artículo dedicado a Disfrutar, es un ritual heredado de la tradición clásica francesa. Después de haber comido un menú de veinte o más pasos, que incluye como mínimo dos postres, los petit fours son un extra innecesario que, como afirma Regol, sólo sirve para aportar más azúcar y saturar a un cliente que ya suele llegar bastante tocado al final de ese menú. Trabajo innecesario para la cocina, gasto inútil en esos barrocos soportes que van desde cerámicas hasta árboles pasando por cajas o cajones que se abren de mil formas diferentes. Hasta una gran noria, como la que aparece al final en El Celler de Can Roca. Divertido, sí. Pero poco más. Cuando tanto se habla de desperdicio alimentario, ¿cuántos de estos bocados dulces se desaprovechan?

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo 'Petit fours'

'Petit fours'