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El corazón humano posee receptores del sabor dulce, similares a los que tenemos en la lengua

Debemos continuar reduciendo nuestra ingesta de edulcorantes tanto naturales como artificiales

José Enrique Campillo

Médico, catedrático de Fisiología y experto en Nutrición y Alimentación

Jueves, 18 de septiembre 2025, 17:54

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En febrero de 2025 se presentó en la reunión anual de la Biophysical Society un inesperado descubrimiento que en los próximos años va a cambiar muchas cosas respecto a cómo entendemos la salud del corazón. Hasta ahora sabíamos que el exceso continuado de alimentos o bebidas dulces podía afectar negativamente a la salud del corazón. Los receptores del sabor dulce de la boca y del intestino desempeñan un papel crucial en la regulación del nivel de azúcar en sangre. Estos receptores, al detectar el sabor dulce, inician señales que influyen en la absorción intestinal de la glucosa, la liberación de insulina y otras respuestas metabólicas para intentar adaptar nuestro organismo a la sobrecarga de azúcares. Mediante la acción de la insulina el corazón se abastece de glucosa, su principal combustible.

Pero lo que han descubierto los investigadores de la Universidad de Loyola, de Chicago, es que el corazón humano posee receptores del sabor dulce, similares a los receptores gustativos que tenemos en la lengua. Es decir, el corazón puede detectar por sí mismo las substancias dulces que circulan por la sangre; actúa como un sofisticado sensor, capaz de percibir sabores, específicamente el dulce.

Según los investigadores de Chicago estos receptores pueden modular la contracción cardíaca y el manejo intracelular del calcio, un elemento crítico en la contracción del corazón. Los investigadores lograron observar una posible conexión entre estos receptores y algunas enfermedades, como la insuficiencia cardíaca, lo que abre nuevas líneas de investigación sobre la salud cardiovascular.

Capacidad para detectar glucosa

Estos receptores están presentes en mayor cantidad en los corazones de pacientes que padecen insuficiencia cardiaca. Estas observaciones sugieren que podría existir una relación entre la estimulación de los receptores de sabor dulce y el desarrollo o la progresión de la insuficiencia cardíaca. Durante una disfunción, el corazón experimenta un cambio en su perfil energético, priorizando la captación y utilización de glucosa para suplir la disminución de la eficiencia del músculo coronario.

En este contexto, es posible que necesite adaptarse a este cambio, aumentando su capacidad para detectar nutriente como la glucosa, lo que explicaría la mayor abundancia de estos receptores en los corazones con insuficiencia cardíaca. Es interesante que, como sucede con los receptores gustativos de la boca, los receptores cardíacos también reaccionan ante los edulcorantes artificiales, en especial el aspartamo.

El abuso de este tipo de aditivos, por ejemplo, en bebidas edulcoradas, se relaciona directamente con problemas del corazón. Los receptores TAS1R2 y TAS1R3, al ser estimulados por los edulcorantes artificiales, no solo activan mecanismos en el corazón relacionados con la contracción muscular, sino que también podrían favorecer la aparición de arritmias.

Los edulcorantes artificiales son una opción popular para reducir el consumo de azúcar, pero su consumo debe ser moderado ya que desconocemos su impacto en la salud cardiovascular, especialmente a largo plazo y con grandes dosis diarias. Se requiere más investigaciones para comprender completamente las repercusiones de estos descubrimientos en nuestra salud cardiovascular. Por el momento continuemos reduciendo nuestra ingesta de edulcorantes, tanto naturales como artificiales. No cuenta el pastel de algún cumpleaños.

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