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Pulpo, largos tentáculos de Omega 3

El cefalópodo más popular es bajo en calorías, en grasas y en colesterol y resulta muy versátil y agradecido en cocina

Jesús Lens

Viernes, 25 de agosto 2023, 07:25

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Como si de una segunda parte de 'La despensa' de la semana pasada se tratara, que la dedicamos al calamar, hoy traemos a colación al cefalópodo más famoso y conocido: el pulpo. Y resulta que es mejor para la salud que su primo el calamar, ya que apenas tiene colesterol. Además de que no se suele comer enharinado y frito –excepto cuando los pedimos como rejos– ni en forma de bocadillo, por lo que sí es un excelente aliado de la batalla contra los kilos, que no está del todo perdida.

El pulpo también tiene efecto saciante, pero ojo que puede resultar algo indigesto para algunas personas, o sea que cuidado con él en las cenas. Y, por supuesto, aporta muchas proteínas de las de alto valor biológico, por lo que también es energizante y contribuye a fortalecer el sistema inmunitario. Se trata de un alimento muy rico en Omega 3, sobre todo cuando se toma con un chorretón de aceite de oliva. Aporta selenio, yodo, fósforo, calcio, sodio, zinc y magnesio, además de ser rico en vitaminas del grupo B, así como en tiamina y vitaminas A y E.

Gracias al yodo y al ácido fólico que le imprime al organismo, es muy recomendable para mujeres embarazadas y ayuda a controlar el tiroides. Y una buena noticia para quienes padecen del ácido úrico y gota: al llevar pocas purinas, lo pueden comer con tranquilidad, incluso desafuero. Y al no tener 'pluma', como el calamar, del pulpo se come todo, tanto el cuerpo como sus ocho tentáculos. En el sur y durante el verano, es habitual comerlos espetados, preparados directamente sobre las brasas, que le dan un sabroso toque ahumado.

Hay varios libros en los que se destaca la capacidad cerebral de los pulpos. En 'Otras mentes', el autor describe a los pulpos casi como si fueran aliens, más allá de lo que digan ahora los militares norteamericanos o la NASA. El cerebro del pulpo, un animal extremadamente inteligente, además de encontrarse en su gran cabezón, estaría repartido por sus ocho tentáculos. ¿Se nos pegará algo al comerlo? ¿Estaremos introduciendo elementos alienígenas en nuestro cuerpo?

Formas de comerlo

Como ahora se suele congelar un mínimo de 24 horas antes de comerlo, ya no hay que darle la famosa paliza a los pulpos para romper sus fibras. Antaño, se estilaba zurrarles la badana en el rebalaje, cuando se podían coger libremente. El más popular es el pulpo a feira, cocido y servido con pimentón de la Vera, lo que contribuye a hacerlo más digestivo, y un chorreón de aceite de oliva. Lo suyo es hacerlo con los bravos pulpos atlánticos de Galicia, donde es poco menos que plato tradicional. El salpicón de pulpo es otra de las recetas clásicas, muy bienvenida sobre todo en verano, que resulta fresco y natural con su poquito de cebolleta, pimiento rojo y verde y ajo. Guisado con tomate y un toque de picante es una gozada y ojo al pulpo seco que tan bien preparan en el sur de España.

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