Albaricoques, para afinar la vista
De origen asiático, la gran cantidad de vitamina A que aportan lo convierten en una fruta con multipropiedades para la salud
Jesús Lens
Lunes, 19 de junio 2023, 15:37
Madura temprano. Eso es lo que significa. Además de estar muy bueno, el albaricoque tiene uno de esos nombres maravillosamente sonoro y complejo, idóneo para un dictado… de seguir existiendo aquella vieja prueba ortográfica. Una palabra, además, que es depositaria de una larga tradición histórica al venir del árabe hispánico, derivada del clásico y heredera del griego antiguo. Igual que la palabra es heredera de varias tradiciones culturales, su origen es lejano: a Europa lo trajeron los griegos a través del Cáucaso, proveniente de las regiones más apartadas del Lejano Oriente. En España enraizó muy bien.
Builda y canino son dos variedades españolas de albaricoque, pero también existen el nancy, el paviot, el moniquí, el currot, el galta roja, el ginesta o el mitger. ¡Casi nada! Varían en tamaño y en sabor, que unos son más ácidos y otros más dulces. Como apostamos por el producto de cercanía, recordemos que el builda viene sobre todo de Murcia y es muy dulce y jugoso. El canino es gordote y de carne firme, muy sabroso. Aporta pocas calorías, idónea para picar entre horas sin riesgo de engordar. Es una fruta delicada y se pudre donde sufre golpes.
Fruta de verano
El albaricoque madura en el árbol y, una vez arrancado, no lo sigue haciendo, por lo que conviene comprarlos para gastar, en el punto exacto. Fruta de temporada, empieza a llegar a los mercados en mayo y aguanta hasta agosto. Su color naranja lo identifica plenamente con ese sol que preside nuestra vida durante estos meses.
Por cuanto a las propiedades del albaricoque y su aporte a la salud, lo más importante es la vitamina A que suma gracias al betacaroteno, la sustancia que le da ese toque anaranjado y que lo emparenta con otras frutas como el melocotón o la nectarina. La mitad de la vitamina A que necesitamos cada día se puede absorber gracias al albaricoque, que tan fácil resulta de comer. De ahí que sea bueno para la vista, sobre todo. Y para la piel, los huesos y el cabello. ¡Y para reforzar el sistema inmunitario!
Sumémosle minerales como el hierro, el potasio, el calcio o el magnesio y sus propiedades antioxidantes. Además, aporta taninos que tienen efectos antiinflamatorios y antioxidantes a la vez que astringentes. Ojo ahí: lo mismo es bueno para esas tripas sueltas durante los viajes que negativo para quienes más problemas tengan a la hora de… Ya me entienden.
Versatilidad en cocina
Más allá de comerlo como pieza de fruta y usarlo para hacer mermeladas y confituras, es una fruta muy sabrosa que funciona también para hacer repostería y helados. En las salsas, aporta dulzura y frescor y acompaña perfectamente a platos de carne de cerdo, cordero y de caza. En los rellenos de estas carnes también es muy habitual. Y para los amantes de las sobremesas, recordar que con el hueso del albaricoque y junto a las almendras se hace el popular Amaretto, licor italiano tan extendido.