Cien copas para celebrar cien años de Rioja
La Alhóndiga bilbaína acoge dos catas y un showroom de bodegas para celebrar el centenario de la Denominación de Origen más antigua del país
La historia de Rioja y la de Bilbao comparten raíces profundas, como ramas distintas de una misma cepa. Fue la burguesía vizcaína la que, durante la Revolución Industrial, vio en los viñedos riojanos un paisaje de oportunidad y desde el puerto de Bilbao, sus vinos cruzaron fronteras. Hoy, el enoturismo refuerza ese lazo antiguo y basta asomarse a cualquier barra de la villa para comprobar que el Rioja no es un vino más, sino una seña de identidad. No sorprende por tanto que el centenario de la Denominación de Origen más antigua de España se haya celebrado en Bilbao para escribir una nueva página de esa historia común.
El escenario elegido no podía tener una mayor carga simbólica: la Alhóndiga (Azkuna Zentroa), a la que durante décadas llegaban a diario miles de litros de vino procedentes de Rioja, acogía esta vez dos catas para mostrar la evolución y riqueza enológica que atesora esta franja de tierra entre la Sierra Cantabria y la de La Demanda. La primera, conducida por Ferran Centelles, recorrió su historia a través de diez etiquetas icónicas, mientras que la segunda, a cargo del director técnico del consejo Regulador, Pablo Franco, mostró la versatilidad de la región para alumbrar grandes blancos.

Además, se organizó un showroom con más de un centenar de referencias para mostrar el gran momento que vive Rioja. Y unas horas antes, el Alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, inauguraba junto a la consejera de Alimentación, Amaia Barredo y el presidente del Consejo Regulador, Fernando Ezquerro, una escultura del artista jarrero José Antonio Olarte en el Atrio de las Culturas, una pieza que viene a sellar una relación histórica.
Historias en la copa
Aunque la Denominación de Origen nació en 1925, la historia del Rioja hunde sus raíces en la época romana, atraviesa el Medievo de la mano de los monjes y florece en la Edad Moderna con la apertura de nuevas rutas comerciales. Sin embargo, la génesis de la región vinícola tal y como la conocemos es fruto de la Ilustración.
Es a finales del XVIII cuando Manuel Quintano, originario de Labastida, viaja a Burdeos para aprender nuevas técnicas de vinificación que marcarán un antes y un después. Con él se abre un camino que, décadas más tarde, recorrerán en sentido inverso los bordeleses, cuando la filoxera devaste sus viñedos. Quintano fue el protagonista de la primera botella que descorchó Centelles para su 'Cata del Siglo', un homenaje al pionero en forma de reserva del 18, elaborado por la cooperativa que lleva su nombre en el pueblo donde nació.

A esos primeros movimientos les sigue a mediados del XIX un impulso emprendedor liderado por personajes como Luciano Murrieta, que conquista a la alta sociedad británica con sus vinos elaborados al estilo de los châteaux del Médoc. Castillo de Ygay es un clásico puro, uno de esos vinos que forjan el carácter de la denominación. Probamos el laureado Gran Reserva del 12: un privilegio.
Al calor del ferrocarril germinar en Haro el Barrio de la Estación, que atesora la mayor concentración de bodegas centenarias del mundo. Vinos viajeros, nacidos con una vocación comercial, que se convertirían en emblema de la finura y elegancia que es capaz de alcanzar Rioja. Estuvieron representados por un Prado Enea del 2001: «Parece un vino, pero es una obra de arte», deslizaba Centelles.

La cata rindió homenaje al espíritu cooperativista que brota en la región a mediados del siglo XX con 'La Garnacha Prometida', procedente de un paraje tan especial que los propios agricultores pidieron que tuviera su propio vino. También se recordó la primera estrella Michelin de La Rioja, que recibió Echaurren ya a principios del siglo XXI, con un poderoso Barón de Chirel. Mostró como la región fue capaz de marcar perfil propio en los tiempos de la 'parkerización' con su primer parcelario, Contino Viña del Olivo, y celebró la llegada de Rioja al elitista mercado de la Place de Bordeaux con un Alma de Contador.
A partir de ahí, la sesión sirvió para mostrar la diversidad de vinos que se hacen hoy, desde los de pueblo, representados por el L3Z4 de Bideona, al canto a la singularidad del viñedo que encarna El Rincón de los Galos o esas voces nuevas con memoria antigua que susurran cosas tan especiales como Nace La Sierra. Una demostración, copa a copa, de por qué Rioja es «la mejor región vinícola de España», afirmaba el que fuera sumiller de elBulli.
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