Cata de altura: Catorce vinos con historia
Muriel Wines presenta sus destacados de Conde de los Andes y Finca La Reñana a los profesionales vizcaínos
Dos bodegas muy distintas, dos perfiles muy diferentes... y en realidad, detrás de ellas, el mismo grupo. Muriel Wines, uno de los grupos vitivinícolas más importantes de España con 8 bodegas en tres D.O., 11 marcas de vino y una bodega de mesa, con presencia en 50 países y un 80% de su producción destinada a la exportación, presentaba la semana pasada a los profesionales vizcaínos, en una cata en la Torre Iberdrola, dos de sus proyectos más emblemáticos: Conde de los Andes y Finca La Reñana de Luis Alegre. Son en realidad dos con mucha historia, puestos en marcha hace ya mucho tiempo, que al final han acabado formando parte del mismo grupo. Y la idea de la cata era hacer ver el espíritu tan distinto de ambos y con ello, de la diversidad que ofrece Muriel Wines. Basta decir, para empezar, que con Conde los Andes lo que marca es la microparcelación y la elaboración respetando ese perfil de cada parcela; con la línea La Reñana, de Luis Alegre, de lo que se trata es de conseguir la mayor expresividad de un viñedo peculiar y concreto. Como explicaba Javier Murúa, nieto del fundador en 1926 de Bodegas Muriel y CEO del grupo, a través de estos vinos se descorcha mucha Historia. Le acompañaba en las explicaciones de la cata Raúl Igual, premio a mejor sumiller (2010-2021), que incidió en la diversidad y profundidad de los vinos presentados y en la conjunción de modernidad y tradición.
Añadas históricas
Es el caso de Conde los Andes, con una existencia de siglos. La parte antigua de esta bodega de Ollauri data del siglo XVI, en el XVII ya estaban los Paternina elaborando allí. Guarda en sus calados de un kilómetro y medio unas 400.000 botellas de añadas históricas, desde 1852. Todo un legado que evoluciona. Murúa lo resume en 20 hectáreas de viñedos viejos o muy viejos –los 'jóvenes' datan de 1975– en 50 parcelas y en seleccionar muy bien las uvas para hacer como máximo 50.000 nuevas botellas al año (ese fue el máximo, en 2018). De allí salen vinos como el Conde los Andes Blanco 2019, el Duermevela 2016, Capítulo III Viura 2020. Los de Colección Histórica son los que van sacando de los calados, como el blanco 1983 y los tintos 2005 y 1975 que pudieron probarse en Bilbao. También se cataron los tintos 2017 y 2018 –éste aun sin embotellar–.
Son «blancos de guarda siempre». La selección de uva y los métodos de elaboración (en barrica, en huevos de hormigón, en otros materiales) ayudan a dar con vinos que aún parecen jóvenes pasados muchos años. El blanco 2019 «huele a fruta blanca no exuberante y a tiza o pizarra» y es «seco y contundente en boca, largo y cálido». El Duermevela sería como un gran reserva, criado en madera y compensado después con mucho tiempo en botella. Hay aromas a membrillo y piel de naranja y es «elegantísimo» en boca. Capítulo III es capítulo aparte: se hace cuando hay posibilidad,en años excepcionales. El de 2020 tiene un carácter floral marcado y es cremoso y suave. Significa «el máximo respeto al viñedo».
En cuanto a los tintos nuevos de Conde los Andes, responden al cambio completo de crianza con respecto a la etapa anterior. Aquí hay barricas de 500 litros, huevos de hormigón y huevos de granito. No están aun en el mercado pero prometen mucha fruta, una madera secundaria, que no predomina, taninos abundantes. El del 18 es «finura», el del 17 «concentración». Sobre los históricos, cabe decir que «los calados, la presión de la tierra, el silencio, hacen que la evolución del vino sea más lenta» y eso marca.
Hacia la fruta
Otra historia cuenta La Reñana de Luis Alegre. Aquí se quiere destacar el viñedo propio, 20 hectáreas de suelo calizoarcilloso con algo de arena, a 600 metros de altura, viña vieja que da vinos muy frescos, muy vivos. La cata habla de «pasado, presente y futuro» de esa parcela, con un cambio en la vinificación.
El blanco 2021 es muy seco y carnoso, el de 2019 se hizo con fruta más madura y tiene más madera; el del 2014 es amable y sabroso. En la etapa Luis Alegre se les daba más barrica, como se ve también en el tinto Finca La Reñana 2007. Ya en el Reserva 2019 hay cambio hacia la fruta y en el Reserva 2022 está muy presente –con despalillado y racimo entero–. Y promete ya un futuro largo, en el que cabrá mucha más Historia.
Conde de los Andes Capítulo III, Viura 2020
Una de las características de este Capítulo III, es que muy contrario a lo habitual, el vino ha realizado la fermentación maloláctica, lo que hace que aumente la suavidad en boca y gana complejidad aromática; con una nariz fina y elegante. Crianza de 6 meses en barricas, bocoyes y huevos. Reposo en botella de un año antes de su comercialización.
Conde de los Andes Tinto 2017
Parcelas en altura (440 a 550 metros en la zona de 'Viñas de Briñas' entre los términos de Briñas (Rioja Alta) y Labastida (Rioja Alavesa), con una edad media del viñedo de 50 años. 100% Tempranillo. Crianza de 14 meses en barricas de roble francés más 12 meses en botella. La mitad de las barricas son nuevas. Explosiva riqueza aromática. Un vino fresco, sabroso, con estructura.
Finca La Reñana Blanco 2019
Viñedos situados a 598 metros sobre el nivel del mar, entre Laguardia y Elvillar en la finca que da nombre al vino. Este blanco riojano está elaborado con un 90% de Viura y 10% de Malvasía, con 8 meses de crianza sobre lías. Aromas florales, frutas tropicales y notas balsámicas. En boca es muy fresco y con cierta opulencia derivada de la crianza sobre lías.
Finca La Reñana Tinto 2019
Viñedos en suelo de caliza pura de la Sierra Cantabria en la finca que le da nombre y que data de 1920. Es un tinto elaborado con uvas Tempranillo, procedentes de los viñedos más antiguos y selectos de la bodega. Crianza en barricas nuevas de roble francés por un periodo de 16 meses y 18 meses en botella. Un tinto con estructura y complejidad aromática que combina la tradición y la modernidad.