La opositora venezolana María Corina Machado recibe el Nobel de la Paz en la clandestinidad

Según el comunicado, leído por el presidente del comité, Jorgen Watne Frydnes, Machado, de 58 años, «ha inspirado a millones de personas», «ha conseguido unir a la oposición» y «se ha mantenido firme frente a la militarización del país». La oficina de la ONU para los Derechos Humanos felicitó a la veterana política con palabras muy parecidas. El reconocimiento «refleja las claras aspiraciones del pueblo de Venezuela por unas elecciones libres y justas, por los derechos civiles y políticos y por el Estado de Derecho».

El director del Instituto Nobel Noruego, Kristian Berg Harpviken, despertó de madrugada a Machado con una llamada telefónica. «¡Dios mío! No tengo palabras...Soy solo una persona y desde luego no merezco esto», acertó ella a responder. Más tarde se puso en contacto con su antigua pareja electoral, Edmundo González, exiliado en España, para comunicarle la noticia. Pedro Mario Burelli, destacada figura opositora y amigo de María Corina, comentó; «Está muy conmovida». Otros compañeros de su plataforma, Vente Venezuela, añadieron que pasó buena parte de la mañana elucubrando sobre el impacto del galardón en el movimiento y su capacidad de remover la sociedad venezolana.

En un comunicaddo posterior, Machado dijo aceptar con «profunda gratitud» el premio «en nombre del pueblo de Venezuela», que ha luchado por su libertad «con admirable coraje, dignidad, inteligencia y amor». «A cada venezolano: este premio es tuyo. Es un reconocimiento a lo que hemos logrado juntos y un recordatorio de lo que aún falta. Ahora avanzamos con aún más fuerza, confianza y fe inquebrantable» tras padecer «veintiséis años de violencia y humillación a manos de una tiranía obsesionada con someter a los ciudadanos y quebrar el alma de la nación», subrayó.

La concesión entra dentro de los cánones de la Academia, que anteriormente ha reconocido el activismo de figuras como las iraníes Narges Mohammadi y Shirin Ebadi, la birmana Aung San Suu Kyi y la guatemalteca Rigoberta Menchú. Descarta, por otro lado, a Donald Trump, el presidente de EE UU obsesionado por este reconocimiento. El líder republicano felicitó este viernes sin más a la ganadora. Aspiraba a que sus mediaciones en las guerras de Gaza -desde este viernes en tregua-, Ucrania y otros conflictos internacionales le sirviera de méritos y pudiera igualar a Barack Obama, a quien el Instituto Nobel galardonó en 2009.

El Gobierno de Caracas voló sobre la noticia de la primera mujer venezolana que obtiene el mayor premio de la paz en el mundo, no así la mayoría de los dirigentes de América Latina, que se sumaron a la celebración. Medios progresistas de Caracas consideraron que la academia lanzó un mensaje directo a Nicolás Maduro para que reconozca los resultados electorales de julio de 2024 y, por lo tanto, su derrota. Los fieles al régimen ocultaron la noticia o la publicaron sin destacar y con el apelativo de «extremista» a la premiada por su coraje.

En su tierra tuvo escasas muestras de euforia pública, sobre todo después de que corriera el rumor de que Maduro había desplegado informantes y a sus famosas milicias civiles para comprobar quienes hacían algún alarde de alegría en la calle, los trabajos y los mercados.

María Corina Machado es la fundadora de la plataforma opositora más poderosa de Venezuela. Exige unas elecciones libres y un nuevo Gobierno representativo de la ciudadanía. En una torpe maniobra, el chavismo la inhabilitó para ejercer un cargo público durante tres lustros, lo que ha aumentado su popularidad, al revés de lo que pensaba el Ejecutivo. Se declara liberal y de derechas. Tiene tres hijos en el exilio «por motivos de seguridad». Ella es la mayor de cuatro hermanas.

Su padre fue un empresario metalúrgico al que Hugo Chávez le despojó de sus negocios y los nacionalizó. Su madre ha ejercido como psicóloga. María Corina se licenció como ingeniera industrial e hizo una especialización en finanzas en instituciones tan prestigiosas como la Harvard Business School en Boston. Durante su estancia en Estados Unidos tuvo contacto con el Partido Republicano. Luego, se dedicó a su profesión hasta que la política le llamó. En 2010 llegó a la Asamblea Nacional como diputada independiente. Y quince años después es la líder que encarna la oposición al chavismo según las figuras de Henrique Capriles, Leopoldo López y Juan Guaidó se han ido apagando.