Sanae Takaichi al asistir este viernes en Tokio a la reunión con el líder de Komeito. AFP

La coalición de Gobierno se rompe en Japón y complica la investidura de Takaichi

Los budistas conservadores de Komeito abandonan al PLD tras 26 años de alianza y la candidata deberá buscar nuevos apoyos para convertirse en la primera jefa de Gobierno

Jaime Santirso

Pekín

Viernes, 10 de octubre 2025, 14:42

Tan cerca, tan lejos. Sanae Takaichi parecía encaminada a convertirse en la primera jefa de Gobierno en la historia de Japón tras haber sorteado el ... principal obstáculo, esto es, ganar las primarias del Partido Liberal Democrático (PLD). Sin embargo, los últimos metros hasta alcanzar semejante hito se vuelven cada vez más cuesta arriba.

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Komeito, su socio de coalición, ha anunciado este viernes que abandonará la entente después de que el PLD rechazara su propuesta de regular las donaciones políticas. «Por ahora, pondremos fin a la coalición PLD-Komeito y volveremos a reconsiderarla desde cero», ha afirmado el líder de los budistas conservadores, Tetsuo Saito, tras su reunión de este viernes con Takaichi.

La proposición de Komeito planteaba restringir las donaciones corporativas a las sedes centrales de los partidos y sus oficinas prefecturales, excluyendo a políticos a título individual, y fijar un límite anual de 20 millones de yenes (115.000 euros). Una idea poco apetecible para el PLD, la formación que, de largo, más fondos recibe.

«Aunque ya no seremos socios de coalición, nos dimos la mano y nos dijimos que seguiremos trabajando para resolver juntos estas cuestiones con la confianza construida», ha añadido Saito, quien ha asegurado que Komeito no se opondrá a los proyectos de ley en los que ambos partidos hayan colaborado en el pasado.

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Concluye así una alianza que ha durado 26 años, y comienza la subasta para extraer concesiones a Takaichi a cambio de su investidura, síntoma una y otra de la inusitada inestabilidad política que atraviesa Japón.

Equilibrismos parlamentarios

En el pasado, la correlación entre el liderazgo del PLD y la jefatura del Gobierno era automática, no en vano la formación conservadora ha presidido el país durante 66 de los últimos 70 años. Sin embargo, esto ya no es así después de que el todavía primer ministro Shigeru Ishiba perdiera la mayoría de ambas cámaras en menos de un año, hasta acabar dimitiendo a principios del pasado mes de septiembre.

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Así, la suerte es también la maldición de Takaichi, quien ahora deberá lidiar con las negociaciones de manera aún más urgente. Para convertirse en la primera primera ministra, tras un centenar de predecesores, deberá conseguir al menos una mayoría, si no bicameral, al menos en la Baja, la Cámara de Representantes.

Al PLD (196 escaños de un total de 465) le faltan allí 37 para alcanzar la divisoria de los 233. En la Alta, la Cámara de Consejeros, la meta (partiendo de 101 ante un total de 248) está un poco más cerca, a falta de 24.

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Tras la defección de Komeito, serán el emergente y reformista Partido Democrático para el Pueblo (27 en una y 22 en otra) o los populistas de centroderecha de Ishin no Kai –Partido de la Innovación– (38 y 19) los primeros tratantes. También la agrupación de extrema derecha Sanseito (3 y 15), pero su marcado discurso antiinmigración podría complicar los equilibros ideológicos.

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