Las sospechas envuelven a una Cuzcurrita desolada
Un centenar de vecinos se dio cita en la plaza mayor para mostrar su repulsa por un crimen que podría tener cerca al asesino
María Caro
Viernes, 5 de mayo 2023, 00:05
La localidad de Cuzcurrita de Río Tirón ha pasado en pocos días del dolor a la indignación y el desconcierto. Nadie se explica cómo alguien puede haber hecho algo así a un vecino tan afable y querido como Guillermo Castillo.
Por este motivo, un centenar de vecinos de Cuzcurrita se manifestó ayer por la mañana en apoyo a su familia y como muestra de repulsa, pero también para hacer visible la unidad de los habitantes frente a un suceso inimaginable en una localidad tan tranquila y hospitalaria. Su hija Yolanda, fuertemente arropada por familiares y amigos, aún tenía fuerzas para agradecer a todos su asistencia y el consuelo que sus vecinos tratan de proporcionarle estos días.
Por el momento, continúa el secreto de sumario, aunque la delegada del Gobierno en La Rioja, Beatriz Arraiz, revelaba ayer que las investigaciones ya contemplan el suceso como un robo con fuerza. Además, a última hora de la jornada sonaba con fuerza la teoría de que la investigación había reducido su cerco al entorno más estrecho de la familia.
Guillermo Castillo fue encontrado muerto la mañana del martes, cuando la Guardia Civil forzó la puerta de un armario tras la petición de su hija quien, como cada mañana, había acudido a verle. Yolanda encontraba restos de sangre junto a la puerta y fue un trabajador quien se adentró en la vivienda y descubrió que estaba todo revuelto, antes de dar aviso a la Benemérita.
Teniendo en cuenta que los restos de sangre descubiertos por Yolanda en la vivienda al abrir la puerta no parecían recientes, según ella misma apuntó, el crimen se habría producido la noche anterior, justo después de que ella dejase a su padre y su perrito en casa. Un motivo por el cual siempre ha pensado que estaban siendo observados.
Su hermano y su cuñada pasaron un poco más tarde por allí, como suelen hacer tras su paseo vespertino, momento en el que Guillermo estaba en su salón, en la planta baja, frente a su televisor. Tenían por costumbre saludarle desde la calle. Pero aquella noche no tocaron en la ventana para darle las buenas noches como otras veces, porque todo estaba oscuro, algo que les resultó extraño. Sin embargo, enseguida pensaron que ya se habría acostado.
Yolanda Castillo, dos días después y ante sus allegados, trataba ayer de mantenerse fuerte. Pero la desolación cubría los rostros de todos los que se acercaban a transmitirle palabras de ánimo. «Me lo han quitado, me lo han matado», repetía.
En estado de shock
Pasados unos minutos y una vez más tranquila, explicó la situación anímica de su entorno. «Toda la familia, mi hermano y yo misma nos encontramos en estado de shock. Es muy doloroso. Llevo tres días sin apenas descansar. Me da la impresión de que en cualquier momento voy a ver a mi padre. Es todo muy difícil de explicar, muy duro», reconocía.
Respecto a la información que reciben por parte de la investigación, Castillo recordó que aún permanece bajo secreto de sumario. «Son muchas hipótesis las que se manejan, pero a ciencia cierta nosotros no sabemos nada, aún nadie me ha dado información exacta de lo ocurrido. Ojalá la siguiente vez que hablemos sea para decir que la persona o personas que lo han hecho están ya donde tienen que estar», añadió.
Y es que una de las hipótesis que más fuerza cobra es que el autor o autores del crimen podrían ser personas conocidas por él, ya que la puerta no se encontraba forzada. «Pero para mí es un castigo pensar algo así. Hasta que no se descubra la verdad no quiero estar dándole vueltas a la cabeza a algo que me puede lastimar», explicó evitando señalar sus sospechas.