«En el escenario viajamos a otro mundo»

– La improvisación tiene un papel importante en sus actuaciones, ¿conciben la música de otra forma?

– Wadada Leo Smith: La improvisación para mí está demasiado contaminada por los recursos académicos. Me gusta más utilizar la palabra creación. Creo que hago lo mismo que hizo Dios cuando creó el cielo, la tierra y el planeta. Aunque en mi caso lo hago como un ser humano más. Hace como unos 15 o 20 años que dejé de utilizar el término improvisación.

– Sylvie Courvoisier: Comparto la visión de Wadada. Me gusta la palabra crear. De hecho, en nuestro trabajo en común, 'Chimaera', significa el conjunto de todos los maestros creadores.

– En él, Sylvie se inspiró en el pintor francés Odilon Redon, ¿podría extenderse?

– S. C.: Lo que me gusta de Odilon Redon es que todo es un sueño dentro de otro sueño. Me encanta su pintura. Es como la realidad a través de un sueño y creo que pasa algo parecido cuando tocamos. Cuando creamos, estamos en un cierto estado en el que nuestra alma viaja a otro mundo. Cuando miro los cuadros de Odilon Redon, tengo la sensación de que él también pinta en el mismo estado. Sigue siendo una bonita pintura tradicional. Pero siempre se superponen diferentes planos. En 'Chimaera', hago lo mismo, saltamos de un sueño a otro y recreamos ese mundo onírico.

– ¿La pintura y la música van de la mano?

– S. C.: Totalmente. Cuando escucho música o toco el piano veo colores. No entiendo una cosa sin la otra. Un arte alimenta al otro. Además de que cuando fusionas la música con la pintura el resultado es algo increíble.

– W. L. S.: Considero que la música está por encima. Quiero decir, cualquier otra forma de arte está ligada a lo que es la tierra. La escultura, pintura, danza... Pero la música es más etérea. Se escribe en una partitura, pero incluso interpretando una misma partitura pueden salir melodías diferentes.

– ¿Cómo surgió la conexión con el mundo del jazz?

– S. C.: Cuando apenas tenía tres o cuatro años. Mi padre es un pianista de jazz aficionado. En casa teníamos un piano que estaba cerca de mi habitación. Él tenía otro trabajo pero cuando venía a casa tocaba siempre. Le encantaba Münch y estilos como el ragtime. Y cuando estaba en la cama no podía evitar escucharle. Me hacía feliz escucharle y con cinco años les dije a mis padres que quería aprender a tocar el piano. Y a partir de ahí empecé .

– W. L. S.: La música siempre estuvo presente en mi vida también. Aunque a diferencia de Sylvie, mi relación con el instrumento no es tan sentimental. Yo toco la trompeta, porque quien fue por aquel entonces mi director de banda me cambió a la sala de trompetas. Realmente el instrumento fue escogido para mí y yo me adapté a él. Y hasta hoy.

– ¿Están ilusionados de cara al concierto en Vitoria?

– W. L. S: Estamos, y hablo por los dos, entusiasmados de tocar para el público de Vitoria. Los festivales son como puertas que se abren para nosotros para que podamos hacer lo que más nos gusta, que es crear música. Nos encanta tocar para la gente, ya sea en un teatro, en una sala privada o en la calle, es lo que más nos gusta e ilusiona; hacer música para alguien.

– S. C.: Cuando grabamos el disco nunca pensé que haríamos una gira tan grande con esta bande. De hecho, ni siquiera me planteé que fuesen a preguntar por la banda, por nosotros. Es todo un sueño para mí y poder traerlo a otro país lo es aún más. Además de que tocar con Wadada sobre el escenario y compartirlo con todos es precioso. Hay mucha emoción.

– ¿Con qué expectativas acuden?

– S. C.: No me gusta tener grandes expectativas. Prefiero pensar que vamos a compartir música juntos con la intención de traer alegría y esperanza a este mundo a través del arte.

– ¿Qué repertorio van a traer al Principal?

– S. C.: Vamos a llevar cuatro canciones diferentes del último disco y tendremos una extra. Cada una de ellas es una ventana a un mundo diferente que escuchar y disfrutar.

– ¿Tienen pieza favorita?

– W. L. S.: No tengo favoritos. Porque cualquier tema musical puede convertirse en algo especial. Las piezas se fijan en forma de composición y después, para crear forma, hay mucho camino por descubrir. Todas tienen su potencial. Sería un error hablar de las canciones en términos de éxito y fracaso e incluso de si nos gusta o no. Porque el arte no se basa en favoritos, gustos y disgustos; sino sólo en la experiencia. Cualquier cosa que experimentes, eso es todo. Y cada individuo lo hace de forma diferente porque nosotros lo somos.