Eclecticismo
Dice el informe más solvente sobre los festivales de música -el de la escuela de negocios OBS, vinculada al Grupo Planeta-, que el Bilbao BBK ... Live ocupó en 2024 el noveno puesto de España por número de asistentes, tras otros eventos bien conocidos como el Arenal Sound, el Primavera Sound, el Viña Rock, el Mad Cool, el Sónar, el Sonorama y otros. Por supuesto, el número de asistentes es solo un dato que no determina la calidad de estos eventos, ya que puede haber festivales con una dimensión menor y bien proporcionada, con una calidad mayor en su line up y con una especialización que los distingue del resto. Además, dado que ese informe también certifica el más que seguro crecimiento del público asistente a los festivales de verano en 2025, tras el récord alcanzado en 2024, no parece que el BBK Live vaya a afrontar por ahora ningún riesgo en su demanda y dimensión. Otra cosa diferente es que el informe de OBS ponga también de manifiesto el crecimiento exponencial de la oferta, la inflación de costes y sobre todo la saturación de fechas, algo que certifica la competencia encarnizada entre los festivales de primavera y verano, una cuestión a la que se responde ahora con una programación ecléctica y nada especializada, buscando alocadamente una oferta para todo tipo de públicos y estilos musicales. Esto mismo se ve en los carteles del BBK Live y el Mad Cool, dos festivales que compiten en el mismo fin de semana, combinando el rock y el pop, la música electrónica, el indie, el dance, el hiphop, la salsa, el regetón y todo lo que haga falta, incluyendo varios nombres consagrados y muchos otros emergentes. Se dirá que es una oferta amplia, evolutiva, urbana y de fusión, acompasada a lo que hoy requiere la demanda; pero lo cierto es que la presión de la competencia les aleja cada vez más de una especialización. No pasa nada por el momento, ya que el tirón de la demanda hoy lo aguanta todo. Pero si en el medio plazo se produjera una eventual contracción de esa demanda, el competir con otros grandes festivales con el arma del eclecticismo en la programación no es, ni mucho menos, la mejor garantía de supervivencia.
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