«Nos ha tocado la lotería de los festis»
Los fans de Pulp protagonizaron la primera jornada del festival, con su hit 'Common People' en el horizonte colectivo
Los festivales en general y el Bilbao BBK Live en particular son un ejemplo ideal del abismo que separa teoría y práctica. Durante 362 días ... al año (uno más los bisiestos) nos emperramos con la teoría, en forma de análisis detallados del cartel, comparaciones con los de otras ediciones y juicios severos y a menudo apocalípticos sobre el presente y el futuro de la música. Hasta pontificamos un poquillo. Pero llega el día, llega hoy, y toda esa maraña de reflexiones sucumbe ante el entusiasta empuje de la práctica, que toma cuerpo en esas primeras personas que ponen el pie en el recinto de Kobetamendi. Las puertas se han abierto a las seis, con una hora de retraso debido a problemas técnicos, pero los más entregados estaban ya ahí desde las dos de la tarde, con la mezcla habitual de impaciencia, ilusión y miedo por caer rendidos a mitad de la cuesta.
Los cabezas de cartel siempre determinan la fauna humana que inaugura el festival, y hoy era el día de Pulp, que tienen fans entregados y, algo no tan frecuente, capaces de argumentar por qué sus ídolos se merecen serlo. Las primeras de la fila eran Barbara Dezzi, de Londres, y la croata Marija Cavrlj, que se habían conocido ahí mismo, contemplando durante horas la verja que les cerraba el paso. «Yo ya vine el año pasado y me encantó el festival. Me gustó mucho la ciudad y que no hacía mucho calor, al menos esos días –explicaba Barbara, mirando con un poco de rencor el exaltado sol de la tarde–. Tenía las entradas compradas y anunciaron a Pulp: me sentí como si nos hubiese tocado la lotería de los festivales. Acabo de verlos en Inglaterra y ya verás, se lo va a pasar bien hasta la gente que no los sigue. Pero Marija es aún más fan que yo...», concluía. Y Marija tomaba la palabra: «Vengo por Pulp, sí. Me gustan porque son especiales, realmente diferentes: la gente se reconoce en sus canciones, porque tratan sobre situaciones cotidianas», reflexionaba la croata, que ya ha visto a Jarvis y compañía cinco veces este año. El año pasado fueron otras cinco. «Voy a ponerme ahora en primera fila y no me moveré. ¡No voy a tener tiempo ni de darme una vuelta!».
A las cinco ya había empezado a pinchar en el círculo mágico de Basoa el valenciano Pépe: los primeros DJs de cada jornada experimentan esa sensación insólita de oficiar para nadie, como si fuese su música la que obra el prodigio de convocar a los festivaleros y ponerlo todo en marcha. Los conciertos han arrancado con demora debido al problema de la entrada y ha dado un poco la sensación de que todo empezaba a la vez. A Eider Saez le ha tocado inaugurar la nueva carpa, que es una estructura más elegante que la antigua, a dos aguas, pero con el calor de siempre dentro. En el segundo escenario, Mirua sorprendían con ímpetu percusivo, acompañando las dulces armonías vocales con el atronar de tres bombos. Raya Diplomática, incorporados de emergencia al cartel tras la baja por enfermedad de Wunderhorse, desataban su irreverencia techno punk, entre Almodóvar y McNamara, Putilátex y Kaka de Luxe: «Pocos sabéis que yo soy murciana, pero muchos sabéis que soy una marrana», ha presentado Javier Calvo uno de sus hits, apropiadamente titulado 'Murciana marrana'. Y las Hinds han abierto fuego en el escenario principal con muchas ganas y el sol de cara: «Qué buen rollo hay aquí, se putonota: no es normal que a estas horas estéis tan despiertas y tan despiertos», celebraban.
Hasta los fans de Pulp que ya habían copado la primera fila, con otras cuatro horas de espera por delante, meneaban la cabeza con su 'Boom Boom Back'. Allí estaba, por ejemplo, otro murciano, vaya por Dios, al que llaman Hugo Pulp, porque lleva el club español de fans de la banda en Instagram. «Yo me quedo aquí, guardando el sitio, mientras él va a por agua», explicaba, señalando a su amigo Paul Giménez, que se resignaba: «¡Me odia!». Hugo iba envuelto en 'merchandising' de sus ídolos, pero además había traído treinta chapas y veinte pulseras de Pulp España para repartir gratis. Gracias, Hugo.
Lo mejor, cuando llueve
El ecosistema festivalero se iba poblando poco a poco. Siempre nos solemos fijar en la gente que viene de lejos. Un ejemplo: Ana Romano es de Macedonia del Norte, pero acaba de afincarse hace unos días en Bilbao, y ha invitado al festival a su amigo Scott Brooks, de California. «Miré el cartel, vi que estaban Michael Kiwanuka y Kaytranada, que me encantan, y he venido», decía, mientras Ana escuchaba fascinada la música misteriosa de Maria Arnal, a la que arropaban cuatro bailarinas que parecían sacerdotisas de un culto ancestral y vanguardista a la vez. Pero, en realidad, muchas veces lo más bonito es comprobar cómo la historia del festival se entrelaza con las vidas de la gente de aquí. «Yo llevo viniendo quince años. Soy de Bilbao, vivo en Girona y he intentado acostumbrarme a ir al Primavera, pero me gusta más esto, es muy orgánico. ¿Mis mejores recuerdos? Suelen ser cuando llueve: ver a The Killers bajo la lluvia, con la gente cayéndose por la cuesta», se reía Roxana Bonilla, que lucía una camiseta con la leyenda 'Mi primer BeBeK'. Porque, sí, está embarazada y quería comunicárselo así a su amigo Javi Goya, también bilbaíno y residente en Madrid.
–Roxana, este festi será distinto.
–Sí, beberé 0.0 y no me podré quedar hasta el amanecer, hasta que me echen los de la limpieza, como a mí me gusta. Alguna vez he visto cómo empiezan a desmontar el domingo.
Quizá en años venideros su experiencia se parezca más a la de Lía Rial, que ha venido con su madre, Jaione, y con... ¡cinco niñas! A esta mujer hay que darle la medalla al valor y al mérito festivalero. «Hace dos años me enteré de que podía venir con la cría y ahora traemos también a las amigas. Les encanta esto, ya llevan la mochila llena de oparis. No sé ni quién toca, porque yo soy de Doctor Deseo, de Gatibu, de AC/DC...». ¿Y la amama? «No, a mí me gusta el metal. Lo mejor fue el Kobetasonik». La familia vive aquí al lado, a tiro de piedra, en Monte Caramelo.
–Oirán bien los conciertos desde casa...
–Cuando tocaron The Police, hicieron la prueba de sonido cuando estaba durmiendo la siesta y parecía que Sting me estaba cantando en la oreja.
En el momento de escribir estas líneas, aún quedaba mucho cartel: había que estar atento a la nueva visita del infalible Kiwanuka, al tenso post-punk de English Teacher, a la exploración flamenca de Judeline, al trap aventurado de Ca7riel & Paco Amoroso y, que no nos riñan los fans, a Pulp (cada interpretación en directo de su 'Common People' es motivo de júbilo, porque se trata de una de las mejores canciones del pop británico o, sencillamente, del pop), aunque ahí nos estamos dejando llevar de nuevo por la rígida senda de la teoría. Mejor dejemos que la música nos sorprenda y nos arrastre, que para eso estamos aquí arriba.
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