Azkena Rock Festival 2025
The Lemon Twigs: Una hora de buenas vibracionesEl grupo firma el concierto más hermoso con esa armonía que recuerda al mejor pop sesentero
El estreno de The Lemon Twigs en el festival Azkena era uno de los que más expectación levantaba. Resultaba fácil identificar a quienes confiaban plenamente en que iba a ser una de las grandes actuaciones y a quienes, por el contrario, se mostraban algo escépticos, considerando a los hermanos una banda excesivamente armoniosa, suave y pop.
El arranque con 'My Golden Years', que abre también su álbum 'A Dream is All I Know' (2024) con ecos de The Beach Boys, confirmó esperanzas y prejuicios. Sin embargo, también conquistó a aquellos que no conocían a la banda y se dejaron atrapar por esa mezcla de buen rollo, nostalgia y una interpretación sobresaliente por parte de esos multiinstrumentistas. El grupo domina guitarras, bajo, batería y teclados con destreza, y su capacidad para conectar con el público fue inmediata.

La lluvia, que amenazaba con arruinar el comienzo, no impidió que los hermanos Brian D'Addario (28 años) y Michael D'Addario (26 años), ambos con camisetas a rayas rosas y azules, firmaran una de las propuestas más refrescantes y hermosas del festival. «Feels Like I'm Walking in the Rain», cantó divertido Brian a capella al salir al escenario, y a partir de ahí, el concierto despegó. La hora de actuación pasó volando para muchos, con el grupo acompañado de Danny Ayala (teclados, voz, bajo) y Reza Matin (batería, voz, guitarra), y un repertorio que oscilaba entre lo retro (pero no obsoleto) y ecos de los Beatles, The Beach Boys, The Kinks o Carole King, sin caer en la caricatura.
A lo largo de dieciocho canciones, incluyendo versiones de 'Come', de The Toreros, y la agitada 'Have You Seen Her Face', de los Byrds, el grupo logró arrancar sonrisas a gran parte del público. Lo hacía a través de su impecable armonía vocal en temas como 'I've Got a Broken Heart' y 'What You Were Doing', con riffs al estilo T. Rex, y saltos constantes de guitarra que mantenían la energía en alto. La fluidez y complicidad de la banda también era evidente en sus gestos y en los pequeños cambios que ocurrían durante el concierto, como cuando Reza Matin pasó a tocar la guitarra tras media hora de espectáculo, o cuando, al poco tiempo, se hizo evidente que las voces eran humanas y el menor de los hermanos pidió agua: «¿Cómo se dice phlegm en español?», preguntó. «Flema» era la respuesta. Para el cierre, dejaron 'Corner of My Eye' y 'Rock On (Over and Over)', dejando claro que su encaje en el Azkena era indiscutible.
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