Ramón Garín, un perfecto caballero dispuesto a ayudar
Fundador de Unidad Alavesa, parlamentario y juntero se retiró de la política para dedicarse a su familia, a su empresa y a la asociación cultural Vitauri, que gestionó durante años la feria taurina de La Blanca
Sergio Carracedo
Miércoles, 18 de mayo 2022
Ramón Garín Fernández de Piérola, empresario y expolítico vitoriano, falleció a causa de un cáncer en mayo. Tenía 70 años y dejaba tras de sí ... una vida intensa en la que «se entregó a su familia y a Vitoria», según destacó su buen amigo Josu Sánchez, del que subrayó su «respeto por las demás posiciones políticas y su disposición a echar una mano siempre dentro de sus posibilidades». De sus cenas juntos rememoró las opiniones que intercambiaban que les enriquecían a ambos. «Siempre tuvo mucho respeto al contrario». «Era un señor, educado, culto, elegante y divertido. Era el perfecto caballero», dicen de él quienes le conocieron. «Un 'bon vivant', presumido, siempre de americana, y exquisito en los modales».
Garín nació el 14 de octubre de 1951 en el seno de una conocida familia vitoriana. Fue uno de los fundadores de Unidad Alavesa (UA) y vocal de su Comité Ejecutivo, tras una escisión de PP en 1989. Su partido, al poco de su creación, irrumpió con tres diputados en el Parlamento vasco y en las municipales de 1991 se convirtió en la segunda fuerza política de Álava, lo que provocó una «alavesización» de todos los partidos.
Ello le llevó a ser parlamentario autonómico vasco desde 1994 hasta 1995 y procurador en Juntas Generales de Álava desde 1991 hasta 1997 y también concejal de Vitoria. «A pesar de nuestras diferencias, hizo una labor interesante», recuerda Sánchez. Sus debates en Juntas Generales todavía son recordados. «Era muy buen orador. Hablaba rápido. Era muy ágil en las réplicas. Y siempre sin perder la educación y la cortesía parlamentaria», añaden quienes siguieron sus intervenciones en la cámara alavesa. «Como político no se callaba prácticamente nada».
En 1996, el pacto de su partido con el PNV en el Ayuntamiento de Vitoria provocó una convulsión en la formación y un año después, 27 militantes -entre ellos, Ramón Garín-, entregaron el carné. Todavía fundaría Democracia Foral de Álava antes de retirarse de la política activa en 1998. Desde entonces, se entregó a su familia, a su empresa de maquinaria para imprentas y a Vitoria.
Taurino convencido
Una vez alejado de la política, formó parte de la Asociación Cultural Vitauri, grupo de aficionados vitorianos que trató de reflotar la Feria de La Blanca, que estaba herida de muerte. Ello fomentó más su amistad con Josu Sánchez y otros muchos, como Jero Lete. «Los políticos decidieron que había sido una gestión controvertida y que pagaban mucho a las ganaderías y a los toreros, pero lo cierto es que pusieron a La Blanca en lo más alto. Una conocida revista taurina de primer nivel nombró la feria de fiestas de Vitoria como la mejor plaza de segunda categoría», rememoraron quienes siguieron la actualidad de esos años.
Fue habitual tertuliano de radio, durante 30 años, donde daba mucho juego por su sentido común. Se jubiló hace un par de años de su empresa y poco después de las ondas. Ahora, la ciudad, su amplio círculo de amigos y su familia, con los que estuvo sus últimos días, ya añoran su ausencia. «Es una gran pérdida para Vitoria», resumió Sánchez.
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