La diferencia entre el voto urbano y el rural determina el poder
Solo el PNV y EH Bildu tienen capacidad de conseguir electores más allá de los grandes municipios
La abstención fue la gran ganadora de las elecciones del 28-M en Bizkaia. Casi el 40% de los ciudadanos llamados a elegir los 51 ... miembros de la Casa de Juntas de Gernika y los 112 alcaldes se quedaron en casa. Son cinco puntos más que en 2019, lo que evidencia un descontento que también ha quedado patente en la cantidad de votos nulos y en blanco: se han duplicado.
Esa desafección se ha expresado de manera pronunciada en los municipios del Gran Bilbao. Barakaldo, Basauri y la propia capital vizcaína son los consistorios con mayor porcentaje de abstencionistas: alrededor del 44%. Le siguen Erandio, Leioa, Sestao, Santurtzi y Portugalete. Sin embargo, conforme nos alejamos del voto urbano, el porcentaje de vecinos que han participado en las elecciones de su pueblo sube. La cercanía de los candidatos en las zonas rurales y unas contiendas electorales que dependen de pocas papeletas movilizaron al votante rural el pasado domingo.
Murueta, con una participación del 94,79% de los vecinos es el pueblo menos abstencionistas. Le siguen Garai, Izurtza y Nabarniz, con una abstención por debajo del 15%.
El PNV ha sido el gran damnificado de la falta de movilización, tal y como reconocieron ayer altos cargos del partido como Juan Mari Aburto. En los municipios con una participación baja, el descenso de electores se traduce directamente en una caída en votos del PNV.
El municipio en el que menos se votó en el 28-M a la formación nacionalista es Etxebarri, donde los independientes volvieron a alzarse con la mayoría absoluta. Sin embargo, este desgaste se ciñe únicamente a la existencia de una plataforma municipal, ya que en las Juntas Generales los jeltzales obtienen más del 40% de los votos en la misma localidad.
Ermua y Portugalete, feudos socialistas, también figuran en el listado de diez municipios en los que la formación jeltzale tiene menos tirón. En el lado opuesto está Mendata, donde el nacionalismo vasco consiguió el 84% de los sufragios. Sin embargo, es una cifra engañosa, ya que eran la única candidatura que concurría.
Los más movilizados
EH Bildu es la fuerza política con el electorado más movilizado. La subida de la abstención no le supuso ningún desgaste. La coalición soberanista arrasa en pueblos pequeños, donde solo se disputa el poder municipal con el PNV. De esta manera, Ajangiz, Aulesti y Berriatua son los municipios donde consigue unos porcentajes de voto superiores al 75%.
Sin embargo, a la formación abertzale -pese a aumentar su fuerza- le sigue costando penetrar en sociedades más urbanitas. Es el caso de Bilbao, Portugalete y Barakaldo, tres de los diez ayuntamientos donde consigue menos votos al no alcanzar el 20% de los sufragios.
En el caso del PSE, su récord de votos del 28-M está en Portugalete, con el 46,19% de sufragios que validan la mayoría absoluta de Mikel Torres. Al inicio de la campaña, los socialistas vascos presumían de que los municipios en los que se presentaban recogían más del 99% de la población del territorio. Sin embargo, su porcentaje de voto en 13 municipios es menor al 1%.
El Partido Popular vasco superó sus expectativas gracias al voto de zonas urbanas como Getxo (el municipios donde más se les respalda, con el 21% de los sufragios), Leioa y Bilbao. Sin embargo, al igual que les sucede a los socialistas vascos, el esfuerzo de presentar listas en municipios como Ispaster, Gatika y Atxondo se ve recompensado con menos del 0,5% del voto.
En el caso de Elkarrekin Podemos, el reparto es más dispar. Así, ronda el 10% del voto en Sestao, Ortuella y Erandio, donde tradicionalmente la izquierda ha tenido presencia. Sin embargo, no consigue despegar en plazas como Gernika, Igorre y Lemoa.
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