Licencias de obra. Un freno a la recuperación

Uno de los comentarios habituales y comunes entre las empresas que se dedican a hacer obras de reformas, sobre todo en locales e instalaciones industriales, gira en torno a los enormes retrasos en la obtención de las licencias de obras. Aunque estamos en plena crisis y alguien pueda pensar que las inversiones se han paralizado por completo, lo cierto es que hay bastante actividad de reformas y de nuevos proyectos.

Algunos ayuntamientos del País Vasco se han convertido en un auténtico tapón de estas nuevas inversiones. Expedientes de obras menores que la lógica lleva a pensar que se deberían resolver en apenas quince días, se están demorando varios meses. Entre las razones que argumentan está el sistema de teletrabajo que han seguido una parte de los funcionarios y también otros problemas generados por la pandemia, como son las bajas por enfermedad de Covid.

Siempre hay una buena razón para justificarlo todo, pero lo cierto es que el asunto es serio. Mientras se acumulan los expedientes en muchos ayuntamientos de Euskadi, la actividad de reformas va a ritmo pausado. Y quienes han alquilado locales o instalaciones industriales para iniciar o ampliar una actividad, se ven condenados a atender a los gastos fijos –alquiler, principalmente- y a soportar el lucro cesante. Si no hay actividad no hay ingresos.

Los ayuntamientos deberían adoptar medidas para paliar ese atasco porque supone frenar la creación de empleo y de actividad económica. En otras palabras, es más útil medidas para que la economía fluya que volverse loco luego con el presupuesto para conceder ayudas.