¿Cómo ser un inversor socialmente responsable?
Allianz GI y Afi presentan una guía para acercar al pequeño ahorrador las herramientas de la inversión basada en factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo
iratxe bernal
Martes, 26 de noviembre 2019, 18:01
Cada vez más ahorradores se interesan por la llamada inversión con criterios socialmente responsables o ISR, por sus siglas en inglés. De la mano de entidades como el proveedor de índices MSCI y la agencia de calificación de fondos Morningstar, que ya ofrecen calificaciones sobre factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo, y de la nueva regulación de la Unión Europea para conectar las finanzas con las necesidades de la economía real, este tipo de productos está empezando a interesar a los pequeños ahorradores que desean orientar su dinero hacia áreas que promuevan los objetivos de desarrollo sostenible. En España, los activos gestionados bajo estas directrices superan ya los 170.000 millones.
Sin embargo, «bajo esa siglas todavía se agrupan gran cantidad de herramientas y estrategias que no son fáciles de identificar», lamentan Allianz GI y Afi, que acaban de presentar la guía 'Sostenibilidad y gestión de activos', un documento que repasa «las diferentes estrategias y herramientas a nuestro alcance, así como su capacidad para satisfacer los objetivos de los inversores, tanto los puramente éticos o morales, como los vinculados con la optimización en la gestión de sus inversiones», como señaló Carlos Magán, socio de Afi, en su presentación. «Con esta guía pretendemos contar de forma práctica qué tipos de aproximaciones se pueden realizar para incluir factores de sostenibilidad en el proceso de gestión», subrayó.
Así, el manual arranca por algo tan elemental como explicar qué debemos entender por inversión socialmente responsable. «Resulta muy complicado dar una definición acotada sobre la ISR, ya que ha pasado de ser un área de inversión nicho a abarcar una amplia gama de estrategias dirigidas a satisfacer diferentes objetivos. No obstante, suele definirse como aquella inversión que tiene en cuenta criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno corporativo, los denominados criterios ASG. La forma de implementar estos criterios será la que nos permita identificar las distintas estrategias ISR», explica el texto.
La primera aproximación ISR utilizada en el ámbito de la gestión de activos se basaba en un filtrado negativo, es decir, excluía los títulos de las empresas que realizan una actividad contraria a los criterios ASG. En un primer momento, estos criterios se basaban en los principios para la Inversión Responsable respaldados por las Naciones Unidas, que limitaban la inversión en sectores como el alcohol, armas, tabaco, juego o pornografía.
Sin embargo, este criterio «hoy en día se antoja como demasiado simplista». Por ejemplo, si decidiéramos excluir el sector armamentístico porque consideramos que va en contra de una inversión socialmente responsable, ¿qué empresas deberíamos eliminar? «Algunos serían partidarios de eliminar únicamente las empresas de producción armamentística, otros podrían ir un paso más allá y excluir también aquellas empresas que producen piezas concretas de armamento (cadena de valor), o incluso valorar la exclusión de aquellas compañías que sólo dedican una parte de su negocio a esta actividad».
De modo que, según la guía, «pese a eliminar ciertos sectores o empresas concretas, en ningún momento puede considerarse como un enfoque de gestión sostenible completo, sino que debe entenderse como una estrategia de mínimos o complementaria con la utilización de otras más avanzadas».
Entre estas estrategias destaca la denominda 'best-in-class', que consiste en apostar por las empresas que (una vez superado el análisis financiero tradicional) obtienen mejores valoraciones en los criterios ASG. Dentro de esta modalidad, también está la estrategia 'bestefforts', que se ocupa de seleccionar aquellas compañías que mejor evolución de rating ASG presentan. Es decir, este enfoque recompensa a las empresas y emisores que mayores esfuerzos están haciendo para mejorar su sostenibilidad, pese a que en la actualidad puede que no tengan un rating ASG elevado.
Otra vertiente de esta estrategia es la de 'best-prospects', que intenta identificar aquellas empresas que mayor potencial de mejora en su sostenibilidad. «A pesar de que esta aproximación es la menos conservadora de las tres y por lo tanto es la que mayor riesgo puede conllevar desde un punto de vista de factores ASG, es una estrategia muy útil para identificar empresas que pueden además estar aún minusvaloradas por el mercado», advierte la guía.
Por último, Allianz GI y Afi analizan también la inversión de impacto, o 'impact investing', «posiblemente la estrategia más reciente entre todas las relacionadas con la ISR». El término, acuñado por la Fundación Rockefeller hace algo más de una década, fue un concepto disruptivo en la industria de gestión de activos ya que va un paso más allá y se centra en los modelos de negocio y los productos y servicios que generan las compañías, y el impacto positivo que éstos podían propiciar en la sociedad.