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Mikel Cabieces, Rafael Alcorta y Mario Fernández durante el juicio. Manu Cecilio
Un año de prisión para Mikel Cabieces y seis meses para Mario Fernández por el 'caso Kutxabank'

El Supremo confirma un año de prisión para Cabieces y seis meses para Mario Fernández por el 'caso Kutxabank'

El expresidente del banco presenta su dimisión como consejero de Repsol

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Martes, 20 de febrero 2018

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El Tribunal Supremo ha ratificado la sentencia de la Audiencia Provincial de Bizkaia en el 'caso Kutxabank', en la que se condenaba a un año de prisión por un delito de apropiación indebida al exdelegado del Gobierno en el País Vasco, Mikel Cabieces y a seis meses al expresidente del banco Mario Fernández y también al abogado Rafael Alcorta, por idéntico delito. El fallo del alto tribunal tan sólo ha admitido una de las alegaciones del recurso presentado por la Fiscalía, para confirmar que el delito imputado al expresidente del banco vasco lleva necesariamente aparejada la inhabilitación para ejercer como administración de sociedades, durante los seis meses de la condena. Una extremo que había obviado la Audiencia al estimar que era «discrecional», pero que el Supremo ha rectificado al recordar que «tiene carácter de accesoria». El nuevo matiz que ha añadido el Supremo a la condena ha forzado la inmediata dimisión de Mario Fernández como vocal del consejo de administración de Repsol.

La compañía petrolífera ha comunicado ya la dimisión a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, al tiempo que ha dejado «expresa constancia de su reconocimiento a la categoría profesional y personal de Mario Fernández Pelaz, y de su gratitud por la extraordinaria contribución como consejero de la compañía desde el 15 de abril de 2011». Mario Fernández, por su parte, ha emitido un breve comunicado en el que señala su «pleno respeto» a la decisión judicial, al tiempo que también muestra su «total disconformidad con la misma, que no ha atendido a ninguna de las pruebas presentadas durante el largo proceso».

La nueva sentencia mantiene intactos los hechos que la Audiencia consideró probados, en un procedimiento que se inició después de que Kutxabank presentase una denuncia ante la Fiscalía a finales de 2014, apenas un mes después de la dimisión de Mario Fernández. Una dimisión que estuvo vinculada a las discrepancias que mantenía con la dirección del Partido Nacionalista Vasco, que controlaba la entidad, en torno al futuro del banco y su previsible salida a Bolsa o incorporación de nuevos accionistas. El motivo de la denuncia había sido el resultado de una auditoría interna en torno a la contratación por parte del banco, a principios de 2012, del que había sido delegado del Gobierno en Euskadi y dirigente socialista, Mikel Cabieces.

Mario Fernández admitió en el juicio que había decidido contratar a Cabieces en base a una «ley no escrita», que conducía a «ayudar» a las personas que habían tenido una vinculación directa con la lucha antiterrorista. Así, propició que el exdelegado del Gobierno central fuese contratado por el despacho de Rafael Alcorta, que trabajaba de forma habitual para la entidad financiera como asesoría externa en materia laboral. El presidente del Kutxabank ordenó que se ampliase la iguala con el despacho por la cantidad de 5.783 euros mensuales -cantidad que incluía el IVA- y que se pagase a Cabieces esa misma cantidad. El expresidente , antes incluso de que Kutxabank presentase la denuncia, decidió devolver voluntariamente y de su bolsillo la totalidad del dinero que había cobrado el exdelegado del Gobierno, un total de 243.592 euros. La decisión de devolver el dinero fue valorada en la sentencia como una «atenuante muy cualificada».

El Supremo ha estimado que en la decisión del expresidente de Kutxabank pesó sobre todo la idea de garantizar esos ingresos económicos a Mikel Cabieces, al tiempo que respalda la tesis que sostenía la sentencia inicial y que era también la principal acusación de la Fiscalía: la inexistencia de pruebas claras de que Mikel Cabieces hubiese realizado efectivamente trabajos para Kutxabank a través del despacho de Rafael Alcorta.

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