«Es preocupante que los jóvenes tengan ahora más interés en ser funcionarios»

- ¿Le sorprendió la victoria de Trump?

- Esta vez no. Me sorprendió la primera vez, pero en esta ocasión ya lo apuntaban las encuestas.

- En Europa cuesta entender que los estadounidenses le elijan.

- Los americanos también se sorprenderán de que en Europa hayan ganado personajes como Boris Johnson o del avance de la ultraderecha. Yo lo pondría todo en el arrastre que tiene el populismo, que nos tiene que hacer pensar.

- ¿Y que reflexión hace?

- A la gente le preocupan cosas que esos líderes son capaces de movilizar como la inmigración. Creo que son necesarios consensos más amplios en estos temas, pero es difícil en este mundo político tan polarizado. No hay más que ver la pelea partidista surgida con el drama de Valencia.

- ¿Considera a Trump una amenaza para la economía europea por los aranceles?

- En su primer mandato ya levantó barreras arancelarias en todos los mercados, no solo con China. Pero hay que recordar que Biden no los eliminó. Esa política ha venido para quedarse y el proteccionismo reduce el comercio y el crecimiento global.

-¿Puede ser un freno para las renovables ante su apuesta por los hidrocarburos?

- Las renovables ya se valen por sí mismas porque son la forma de energía más barata. Lo que dice Trump es que no se pongan barreras a la prospección petrolífera y ahí he de decir que es Europa la que tiene una política hipócrita. No quiere fracking, pero importa y consume. La UE tiene problemas de competitividad propios, al margen de Trump.

- A Europa le pilla en un momento de máxima debilidad. ¿Confía en que reaccione?

- Europa se unió con Ucrania y creo que la victoria de Trump le obliga a reaccionar.

- Poniendo el foco más cerca, ¿qué barreras tiene Euskadi para atraer talento?

- Hay un problema con la escolarización en euskera que frena a los profesionales que quieran establecerse aquí con sus familias. Otro viene de que se pierden inversiones por la conflictividad y el absentismo. Ese orgullo por batir récords en huelgas no es bueno. Por la parte positiva destacaría la alta formación y la creciente disponibilidad de capital para invertir en buenos proyectos en el País Vasco. Porque no hay que olvidar que necesitamos empresas para pagar los servicios públicos.

- Las condiciones del funcionariado son imbatibles, ¿cómo puede competir la empresa?

- Es verdad que cuando hablas con profesores de universidad te dicen que los jóvenes tienen más interés ahora en trabajar en la administración que hace 20 años, atraídos por la comodidad, los horarios, los salarios de entrada... Es preocupante y refleja menos sentido de aventura. Pero yo apuntaría que hoy el mayor abismo está entre los trabajadores con nómina y los autónomos y pymes. Nos estamos cargando esta parte del tejido con una legislación que cada vez recoge más derechos sociales. Los autónomos no pueden cogerse bajas ni permisos. Ante esa realidad resulta mucho más atractivo trabajar en un ayuntamiento.

- ¿Son bajos los salarios en Euskadi?

- Está bien el debate, pero no hay que olvidar que el empresario, además de asegurar buenos salarios para atraer talento, tiene que pagar bien a los proveedores y al capital para poder financiarse.

- ¿Por qué hay semejante ajuste entre lo que estudian los jóvenes y lo que necesitan las empresas?

- Creo que es muy importante que los jóvenes que estudian en la universidad o una FP entren en contacto con la empresa cuanto antes, desde primero. Así se hace en otros países. En Alemania empiezan a hacer prácticas en el bachillerato y el 70% de los jóvenes suizos optan a esa edad por una formación especializada.

- Antes mencionaba que hay más capital disponible para invertir en Euskadi como la Fundación Artizarra pero también vemos los problemas de Talgo o BM por el deseo de sus fondos accionistas de vender, lo que amenaza el arraigo.

- Se está movilizando una cierta capacidad de capital para invertir en proyectos aquí que todavía es pequeña y que necesitará buscar colaboraciones y alianzas para grandes operaciones. Pero la idea es que el centro de gravedad de la iniciativa inversora esté los más cerca posible. Casos como la posible entrada de José Antonio Jainaga en Talgo son muy buenos.

- El Gobierno vasco insiste en su idea de aglutinar un gran fondo soberano para garantizar el arraigo de las empresas, con diferentes agentes como patrimonios familiares o las EPSV. ¿Lo ve viable?

- Es bueno que se generen iniciativas tanto privadas como públicas, aunque es importante que no dupliquemos estructuras. Artizarra ya tiene un fondo con esa vocación al que se puede sumar la administración. Hay que apoyarse en lo que ya se hace.

- Las Haciendas forales anuncian hoy su reforma fiscal. ¿Qué les pediría?

- Siempre he dicho que tenemos que tener en cuenta la fiscalidad de nuestros vecinos para poder competir. Y diría que tenemos un tipo marginal del IRPF que no contribuye mucho a la recaudación, pero sí a asustar a los directivos que queremos atraer aquí porque en el territorio común están en el 45% y nosotros en el 49%. Y lo mismo con el Impuesto de Patrimonio, que ahuyenta a las grandes fortunas volcadas en la inversión financiera. Necesitamos una fiscalidad competitiva.